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Relatos picantes cocinados a la aragonesa

Una novela erótica escrita en aragonés. No es broma. Se llama 'Luengas enreligatas' y acaba de publicarse.

Chusé Bolea y Natalia López, editores del libro de relatos eróticos, ante una sugerente escultura del Café Laurel de Zaragoza.
Relatos picantes cocinados a la aragonesa
CARLOS MONCÍN

¿Que el francés puede resultar un idioma sensual? Nadie lo duda. Pero no es el único. No hay más que ver las siguientes expresiones: "Despullar-me", "Minchar" o "Te preto lo fumarro". Así, tal cual, para el que no sepa aragonés, es difícil dar una traducción a estos vocablos. Pero cuando se sabe que el libro en el que aparecen es una colección de relatos eróticos, la imaginación empieza a volar. Pero no, no han acertado. Las palabras al principio enunciadas son "desnudarme", "comer" y "enciendo el cigarro". Nada más lejos de la realidad? ¿Otro intento? "Me fa goyo de chugar". De nuevo, no es lo que puede llegar a pensarse. Quiere decir "me gusta jugar".


"Creo que, cuando se escribe sobre sensualidad, los alemanes seguro que también lo son mucho, aunque su lengua parezca más agresiva", considera la autora, Lola Dolç, para quien el idioma, sea el que sea, es solo una herramienta de transmisión. Pero hay más detrás de la temática en este trabajo. Porque 'Luengas enreligatas', que se acaba de publicar, pretende además despertar la curiosidad por el aragonés, y por eso también se ha traducido al castellano. Según uno de los editores, Chusé Bolea, de Ara Cultural, "la mayoría de libros en aragonés se centran en asuntos culturales e históricos. Así, puede llegar a más gente". Lo mismo piensa Natalia López, del Rolde O Caxico, la otra editora de la obra: "Este tipo de relatos no existían en la literatura contemporánea en aragonés. Por eso resultan interesantes desde el punto de vista artístico, y también del lingüístico".


Natalia y Chusé se pusieron en contacto con la autora, que mantenía un blog desde hace más de un año colgando sus relatos. Y decidieron que su trabajo era el idóneo para publicar. "Me quedé alucinada cuando llamaron, nunca pensé que podría escribir de tal manera que a la gente le gustase", cuenta Lola, un pseudónimo para un autor o autora a la que no le apetece salir a la luz. Y tiene sus razones: "Soy una persona tímida. Y, además, en este tipo de literatura se tiende a identificar a los personajes con el que redacta". Pero sí da la cara para defender el género que cultiva: "No sé por qué empecé a escribir, igual me podría haber dado por la ciencia ficción. Pero es un tipo de literatura que siempre me llamó la atención. Y es más fácil escribir sobre la vida que sobre lo que hacen en otros planetas".


Ninguno de los implicados en el proyecto se ha arredrado, aunque, en principio, parecía arriesgado. Pero ahora están encantados y Chusé ya afirma que habría que darle continuación. "Puede dar la sensación de que el aragonés es algo muy cerrado y, con iniciativas así, se comprueba que se puede aplicar a cualquier campo". "Y escribir con él una literatura desenfada y moderna", añade Natalia. Es decir, que estas 'Luengas enreligatas' podrían ser solo el branquil (o sea, el prólogo) de toda una serie.