La familia Dann desembarca en Aragón

Zaragoza. Lo de Georgie Dann y el verano es como la Nochevieja y Ramón García. Indisoluble. Tanto, que el propio cantante informa de que, en invierno, no es que se esconda: es que mete sus éxitos en la maleta, y se los lleva allá donde sí hace calor. Brasil, Chile, Colombia? La próxima semana, el viernes, estará en Huesca. Y tan contento. "Con los años que llevo, ¡y nunca he tocado allí!". Viene de Canarias, de Ponferrada, del sur y el norte. "Sigo generando expectación. Hala, que yo me muevo", advierte. De hecho, dice que prepara mucho sus 'shows'. Bailes, cambios de vestuario? y total implicación de su equipo. "Si alguien tocara conmigo por obligación, no lo querría", afirma.

Muy hablador, y con su peculiar acento francés, desgrana aspectos de su vida -llegó a competir en natación y estudió para profesor- hasta llegar a hoy, a su cetro del rey de la canción del verano. Y eso que viene del clásico, del conservatorio de París. "Me ha ayudado mucho; un arquitecto también tiene que saber qué poner abajo para construir lo de arriba", señala. Porque eso de edificar canciones, revela, no siempre es fácil. Aunque partan de experiencias personales, como en su caso. Sí, sí, 'El chiringuito' o 'El bimbó' se basan en la realidad. Y pone un ejemplo ilustrativo: "Una vez -recuerda-, me iban a hacer un reportaje en una piscina. El fotógrafo y una bailarina llegaban tarde. Nos dieron las tres y, en vez de pedir pizza, hicimos una barbacoa. Y lo pasamos bomba". Bingo. Éxito al canto.

No le sienta mal la etiqueta de juglar estival, pero cree que aporta algo más:."Mis canciones perduran", opina. Por eso, no admite comparaciones. "Hay gente que solo es promoción -se queja- Y, ojo, no lo critico. El sol sale para todos".

Su discurso cambia cuando habla de sus hijos. "Y no es pasión de padre", deja claro. Para empezar, porque nunca se enteró de que Paul y Patricia grababan disco: "Ni me metí en nada ni llamé a nadie". Y, aunque el estilo es distinto, le gusta el resultado. "Me parecen el relevo a lo que hoy funciona en la música pop", considera. Y lo justifica: relata cómo Patricia tuvo que abandonar la rama de Ciencias, después de que una profesora comprobara lo bien que escribía. "Se nota en las letras que hace", afirma. A Paul le valora su tesón y cómo ha aprendido a tocar varios instrumentos casi de forma autodidacta. "Trabajan mucho. Y no son hijos de", expresa con energía.

De hecho, Paul y Patricia Dann se venden como Calle París, sin apellido adicional. "No tenemos nada que ver con nuestro padre a nivel musical y queremos darnos a conocer por nuestro trabajo", declara Paul. Y evita hablar más sobre su popular progenitor. No así de su madre. "Nos dice que para ganar, hay que arriesgar. ¡Pobre! Sufre bastante por nosotros, por cómo está la música", reconoce. Pero ellos no tienen la misma sensación: "Está difícil, pero es una vocación y no puedes ponerle cerco. Cuando se te acercan al camerino para felicitarte por un tema, todo cobra sentido". Los hermanos tienen sintonía trabajando -"no somos como los Gallagher", ironiza Paul-. Es más, componen todas sus melodías y han convencido a dos conocidos productores para su puesta de largo. A Cameron Jenkins, que trabaja con Amaral, acribillándole a mails y llamadas. Y a Carlos Jean se le plantaron en su casa. "No es habitual 'avasallar' al productor -ríe-. -. Pero, a veces, la mejor forma de llegar donde quieres es ir directamente a por ello".

Lo que ganan, lo invierten en su propio estudio, donde ya dan forma a un segundo trabajo. Pero, antes, queda la gira. La que les traerá el lunes a Zaragoza, dentro del 'show' 'Vive 40'. "Lo pasamos muy bien, nos dejamos la piel", anuncia Paul. Su padre, en otro día y a otra hora, da fe: "Los vi en Gandía, tenía una actuación cerca. Y mucha gente cantaba sus canciones". Y así seguirá el verano para todos los Dann. Encima del escenario.