MÚSICA

El rotundo regalo de Kravitz

Cerca de ocho mil personas se rindieron anoche al abrumador sonido del artista norteamericano, que ofreció en la plaza de toros de Zaragoza sus éxitos más conocidos. Los madrileños Vetusta Morla caldearon el ambiente

El público se entregó desde la primera nota y coreó los éxitos más conocidos del artista.
El rotundo regalo de Kravitz
PEDRO ETURA

Ya han pasado dos décadas de aquel 'Let Love Rule', que colocó a Lenny Kravitz bajo los focos y el artista celebra el aniversario con la potente gira 'LLR20 (09)', cuyo paso por España cerraba ayer en Zaragoza. Dos horas de soul, funky, rock y pop ensamblados en la figura de Kravitz, uno de los artistas más carismáticos de la escena musical.

A las diez y veinte, con 50 minutos de retraso se apagaron las luces y se encendió el público. Adolescentes de pantalones caídos y treintañeros se unieron para recibir a Lenny Kravitz con una gran ovación, que fue respondida a golpe de guitarra. Vestido con traje ajustado y gafas oscuras, el cantante salió al escenario con gesto austero y postura chulesca, marca de la casa, para susurrar las primeras palabras del tema 'Freedom Train'. Kravitz entonó un par de estrofas hasta que dejó el micrófono y empuñó la guitarra -que ya no soltaría en todo el concierto- para sorprender a los asistentes con un intenso instrumental, al que siguió la canción 'I'll Be Waiting', uno de los temas de su último disco. Y a continuación, llegó el primer momento apoteósico de la noche, cuando sonaron los primeros compases de uno de sus mayores éxitos, 'It Ain't Over Till It's Over', que el público coreó desde la primera nota, ante la sonrisa del cantante, que intentaba acompañar a pesar de que su voz, agotada tras la intensa tanda de conciertos, no podía sostener el falsete y terminó rota.

Durante las casi dos horas que duró el espectáculo, Kravitz mostró una total sintonía con el público. Sonrisas, arrumacos y muchos gestos y saludos, que fueron respondidos por una entrega total de sus fans. Los temas más famosos de los ocho álbumes que componen la discografía del artista sonaron en la plaza de toros de Zaragoza, como la trepidante 'Are You Gonna Go My Way', que tocó al final del concierto, como regalo para los fans.

Guitarras potentes, sonidos funky y tiempo para la nostalgia. No en vano, esta gira sirve para recordar que Lenny Kravitz ya tiene dos décadas de experiencia en su garganta. Las canciones de su primer álbum, 'Let Love Rule', fueron sonando, algunas en su versión original y otras en sonidos remozados. Aquel disco sirvió para marcar los trazos de la que sería la carrera musical de Kravitz, plagada de referencias al rock de los 70 y de mensajes de paz y amor. Inspirado en las letras de ese primer disco, el artista anunció al público "es la hora de posicionarse, hermanos y hermanas, daos la mano", un mensaje de esperanza que le acompaña durante toda su gira europea.

Teloneros de lujo

Lenny Kravitz salió al escenario a mesa puesta, con el ambiente caldeado por el rock de los madrileños Vetusta Morla, grupo revelación que arrastra a una legión de fans en sus conciertos y que lograron una respuesta del público inédita en un telonero. El público acompañó algunos de sus temas más conocidos, como 'Copenhague' o 'Rey sol' y dejó el ambiente en su punto para que hiciera su aparición la estrella. En el lapso de tiempo, se produjeron algunos desmayos de los fans que habían hecho fila desde primera hora de la mañana. Entre las seguidoras más madrugadoras estaban Rebeca y Raquel, de 16 y 14 años, respectivamente. Desde las 10 de la mañana, habían hecho guardia en la puerta para asegurarse un lugar en la primera fila. Y los esfuerzos fueron recompensados a media mañana, cuando Kravitz llegó a la plaza de toros y bajó la ventanilla del coche para saludarles personalmente. "Ha sido increíble -reconocía Rebeca-, ni siquiera sabíamos que ese era su coche, nos ha dicho hola y ha tomado unas fotos".

Fotografías que podrían acabar en el Facebook del artista, que colecciona álbumes de imágenes de sus fans más fieles. Una costumbre que mantendrá durante la larga gira que tiene por delante -nada menos que 49 conciertos- y que concluirá a finales de julio. Tras el intenso calendario de actuaciones, Kravitz completará el que será su nuevo trabajo, todavía sin título, que contará con la colaboración excepcional de Bob Dylan, uno de los ídolos del cantante.