ENTREVISTA

Enrique Bunbury: "La banda es la máquina de matar que soñábamos en los ensayos"

Su 'Hellville de Tour' por Estados Unidos ha sido un éxito, y México le ha recibido una vez más como a un paisano. Estará de gira por el país latinoamericano todo el mes de marzo.

Enrique Bunbury y su banda, en la abarrotada sala Roseland Ballroom de Nueva York, en la calle 52 de Manhattan, muy cerca de Times Square, el pasado día 17 de febrero.
Enrique Bunbury: "La banda es la máquina de matar que soñábamos en los ensayos"
Jose girl

'Hellville de Tour', la gira que efectúan actualmente Enrique Bunbury y su banda por Estados Unidos y México, avanza a buen paso, en todos los sentidos. Los cinco conciertos del aragonés en la tierra de las barras y estrellas (Nueva York, Chicago, Houston, Los Ángeles y Las Vegas) se saldaron con éxito. Y ya van dos en México: Tijuana y Ciudad Juárez.

 

Es conocida la devoción de los fans de Bunbury en América Latina: se saben las canciones de pe a pa. El público estadounidense de esta gira ha sido mayoritariamente latino. ¿Reaccionan con la misma pasión que en el resto de América?

El público en EE. UU. es en un 90% latino, aunque en esta gira me ha sorprendido ver un porcentaje mayor de gringos en los 'shows'. La reacción depende más de los discos que han sido más populares en cada país. En EE. UU. no hicimos gira con 'El tiempo de las cerezas', y han sido quizás las canciones menos conocidas. Por lo demás, este tour ha sido, sin duda alguna, el más exitoso de los veinte años que llevo trabajando por estas tierras.

 

Después de tantas visitas a Estados Unidos, profesionales y personales, ¿hay alguna 'gringada' que siga siendo una sorpresa?

La mayor sorpresa durante este tour, ha sido encontrarnos con unas aduanas y aeropuertos amables y respetuosos. Para nosotros venir a los Estados Unidos siempre tenía una connotación negativa, sabiendo que el equipo técnico sufría lo indecible con el equipo cada vez que tenía que tramitar permisos con aerolíneas y demás. Este año ha sido diferente.

No sabemos si una de las primeras decisiones de Obama ha sido tratarnos bien o es una sensación nuestra.

 

Para la mayoría de sus visitantes, Las Vegas es juego, neón, putas, Tom Jones, Sigfried & Roy... Para un zaragozano, de desierto a desierto, ¿hay algún tipo de conexión extra?

Las Vegas es una ciudad que te hace sentir emociones encontradas. Por un lado representa la mayor decadencia del ser humano, y por otro la gloria del hedonismo del que todos queremos disfrutar en algún momento. Particularmente, en el único lugar de toda Norteamérica dónde no viviría jamás, bajo ningún concepto, es en Las Vegas. Buen parque temático, por otro lado.

 

¿En qué concierto de los cinco de Estados Unidos se sintió la banda más a gusto en el escenario?

Han sido cinco buenos conciertos. Personalmente, destacaría los de Chicago y Houston.

 

¿Cómo va la compenetración escénica? ¿Ya empiezan a salir las cosas sin mirarse? ¿Ayuda tener la referencia rítmica y el elemento de confianza que representa Ramón Gacías?

Esta banda es una realidad importante. Estamos haciendo shows con dignidad desde el día uno, pero creo que desde diciembre los shows han pasado a ser tremendos. Somos la máquina de matar que soñábamos en los ensayos. Ramón es el batería que todos los grupos de rock español desearían. Es el eje. El puto amo. Es un orgullo para mí cantar en su grupo.

 

Hay mucho material de 'Pequeño' en la gira. ¿Se disfruta viendo cómo aquellas canciones, tan asociadas al Huracán Ambulante y el toque mediterráneo, cobran nueva vida?

Creo que el 'show' está bastante e quilibrado y tanto 'Pequeño', como 'Flamingos', 'El Viaje a Ninguna Parte' y 'Hellville de Luxe' están bastante bien representados, con alguna incursión en otros discos como 'El Tiempo de las Cerezas', 'Radical Sonora' o 'Bushido'. La recreación de temas antiguos ha sido una de las partes más emocionantes de la elaboración de la gira. Volvemos, pero no ofrecemos, ni remotamente, lo mismo.

 

¿Ha habido tiempo de recorrer Napa y hacer alguna de las visitas vinateras que hacía Paul Giamatti en 'Sideways'?

No hubo posibilidad. De todas formas, he podido probar algún vino californiano de calidad. Especialmente recomendables los de Francis Ford Coppola.

 

¿Lo mejor de la primera noche mexicana?

El Estrella, un salón de baile, de cumbias, en Tijuana, que adoro de hace años y piso nada más cruzar la frontera. Es la confirmación de que he llegado a casa.

 

¿Cuál ha sido la cosa más marciana que ha ocurrido en este arranque de gira?

Lo dicho, que no me toquen las pelotas en los aeropuertos.

 

¿Y la que preferiría olvidar?

Nada. Esta gira por los EE. UU. es para recordarla el resto de nuestras vidas. Gloria bendita. Dios les bendiga.