"Por mi parte esperaba que un día el tiempo se hiciera cargo del fin, si así no hubiera sido yo habría seguido jugando a hacerte feliz". El bárbaro compositor de esos versos, que lleva varias décadas inspirando a muchos padres bohemios el nombre de Yolanda para sus hijas, llega esta noche al Teatro Marín con disco nuevo bajo el brazo. 'Regalo' es un nombre idóneo para compartir este amalgama de excelsas canciones, interpretadas con la brillantez acostumbrada por el hijo predilecto de Bayamo, la localidad que vio nacer a Milanés.

El Pazo de la Cultura de Narón, en Galicia, fue la primera parada española de una gira que también tocará Noruega y Suecia, quizá por la querencia -aparejada con una larga residencia- que tiene su compadre Chucho Valdés, colaborador estrecho en 'Regalo', a este último país escandinavo. Dos noches en el teatro Haagen Däzs Calderón de Madrid han precedido a la cita turolense, a la que seguirá un concierto este sábado en el Riojaforum de Logroño, otra el día 26 en el Palau de la Música de Barcelona, el 6 de marzo en Aranda del Duero (Burgos) y el 7 en Miranda del Ebro, también en Burgos.

En su nuevo disco, Milanés explora terrenos jazzísticos, sin renunciar por ello a los temas de corte más lírico. En esta ocasión, además, se ha encargado de todos los arreglos musicales y la dirección artística. En España cuenta con el apoyo logístico de la productora que tiene en Madrid su hija Liam, también artista.

En la capital española firmó esta semana dos actuaciones antológicas, en las que volvió a comprobar que su matrimonio espiritual con el público español no ha pasado la crisis de los siete meses, ni la de los siete años. Más bien se acercan ya las bodas de oro de un entendimiento que el artista, de 65 años, califica siempre de mágico.