CARA A CARA

LISANDRO ARISTIMUÑO: “Intento salir a escuchar la calle y registrar sus sonidos”

Los argentinos tocan hoy en La Campana de los Perdidos (22.30, entrada libre) como parte del programa Buenos Aires en Zaragoza, y se entrevistan el uno al otro

Aristimuño es el artista del año 2008 en Argentina, un logro para un tipo que vino de la provincia y superó con talento todos los ¿peros¿.
LISANDRO ARISTIMUÑO: “Intento salir a escuchar la calle y registrar sus sonidos”
N.L.

En su casa natal había un contacto muy fuerte con el teatro. ¿Cree que influenció su trabajo?

El teatro en mi hogar fue y sigue siendo de una gran influencia, sobre todo a la hora de crear la ambientación, la situación sonora y tímbrica de mis canciones. El teatro me ayudó a llenar el aire escénico con el cuerpo y la voz.


¿Considera las cuestiones estéticas del momento al producir sus discos, tanto lo tecnológico como lo gráfico y visual?

A la hora de producir mis discos, intento salir a escuchar la calle y registrar sus sonidos. Los ruidos de las ciudades están cada vez más ligados a la tecnología del momento. Siempre me gustó ligar mi música con mi entorno sonoro, y mezclarlo luego con instrumentos naturales, puros, que le den un poco de sangre a ese tecno. El arte gráfico y visual es una de las herramientas para identificar tu obra, darle un sentido físico. Me interesa que funcione y se equilibre y respete lo musical.


¿Cree que debe haber relación entre la música y las políticas, tanto de Estado como culturales, de derechos humanos y hasta de las propias discográficas?

Es fundamental. Si no hay política, ideologías y derechos humanos en la música, esta se transforma en un producto puramente comercial, falto de originalidad y sin sentido.


Se habla mucho en Argentina de la influencia de la Patagonia en su trabajo. ¿No le parece excesivo el recuerdo de este hecho en muchas críticas?

Sí, a veces es excesivo, y hasta ignorante. Como sabemos, Argentina es un país muy centralizado, y la mayoría de la música surge de y en Buenos Aires, lamentablemente. No me molesta que me consideren un músico patagónico: es la verdad. Sí me molesta que se hable de mí como algo excéntrico, como si habláramos de Júpiter. La Patagonia no es solamente Bariloche y el esquí. Si mi música sirve para que la gente investigue un poco más acerca del sur argentino, bienvenido sea.