MÚSICA

Emilio Reina: "Si Caballé quisiera cantar en la Polifónica Fleta, le diría que no"

Emilio Reina es el director de la Polifónica Fleta. Este veterano músico acaba de cumplor 40 años como máximo responsable de la institución coral zaragozana.

Sopla 40 velas al frente de la Polifónica Fleta, pida un deseo.


(Ríe) Cumplir las bodas de oro.


¿Qué ha sido lo más difícil durante estas cuatro décadas ininterrumpidas de trabajo?


Lo complicado es hacer de un grupo vocal amateur algo que parezca profesional. Yo soy un profesional de la música y no es lo mismo que para los cantantes, que se lo toman como un 'hobby'. Se cansan, tienen que dejar a la familia, los hijos… Y los parientes, a los que llamamos 'los sufridores', tiran mucho.


¿Qué tipo de gente forma ahora la Polifónica?


Es muy variado. Lo que sí he notado es que ha aumentado la edad media, porque ahora hay muchos prejubilados en plenitud de facultades que tienen facilidad para adaptarse al horario y ponen mucha dedicación, así que dan bastante juego. Pero tenemos gente desde 36 a 70 años.


¿Ha tenido que decir no a alguien que quería entrar y no tenía aptitudes?


Sí, hace muy poco. De la gente que intenta entrar, me veo obligado a hacer una selección. He dicho que no por falta de aptitudes, pero también por el lado contrario, si quisiesen entrar Montserrat Caballé o Plácido Domingo, tendría que cerrarles las puertas. Porque eso son voces privilegiadas, solistas natos, no pueden cantar en grupo. Para cantar en un coro solo hacen falta un mínimo de oído y de voz. Pero siempre agradezco a todos la buena voluntad de venir.


¿Cómo es el plan de trabajo normal del coro?


Bastante exigente, pero es la única manera de poder hacer algo. Ensayamos de lunes a viernes. Yo, todos los días. Las voces graves, lunes y jueves; las voces blancas, martes y miércoles; y el viernes, todos juntos. Los conciertos suelen ser sábados y domingos.


Este año, coincidiendo con el medio siglo de la Polifónica, han tenido tarea extra…


Sí, ha sido un año interesante, con actuaciones importantes, y que nos han obligado a montar repertorios diferentes.


¿Algún concierto ha sido particularmente emocionante?


El homenaje que nos hicieron los coros aragoneses por el aniversario, en la iglesia de Santa Isabel, fue muy emotivo. Porque eso de que te canten a ti… es muy bonito. Otro batante importante fue el que ofrecimos en el Teatro Principal a los fundadores y 'expolifónicos'. El teatro se llenó y gustó mucho.


Cuarenta años en la Polifónica, catedrático en el Conservatorio… Esta vocación de dar la nota, ¿de dónde le viene?


(Ríe) Es cosa de familia, mi padre ya era músico. Mi primer instrumento fue el violín, pero ni siquiera recuerdo cuándo empecé… ¡Yo creo que nací ya con el violín! Ahora, mi instrumento es el piano. Llevo ya 50 años como músico y creo que podría seguir 20 años más. En el conservatorio podría haberme jubilado ya, pero me encuentro tan bien que no me veo sin dar clase.


Violín, piano… pero ¿cómo llegó al frente de un grupo coral como la Polifónica?


En la década de los 60, España no estaba muy allá, empezaba a recuperarse de la posguerra. En Zaragoza, yo era de los pocos violinistas jóvenes que había. La Polifónica, que llevaba 10 años, se quedó sin director. Buscaron y el entonces director del conservatorio me recomendó. Yo tocaba el piano también, empecé con ellos y, como estaba en etapa de formación, hice cursos de director de orquesta y de dirección coral.


¿Qué proyectos tienen para 2009?


En enero nos pondremos a trabajar intensamente en el disco '50 años cantando a la Virgen del Pilar'. Tiene 3 o 4 músicas que son de zarzuela, cosas populares, polifonía religiosa, el himno oficial de la Virgen y otros que se han hecho en su honor. También cantaremos el 'Via Crucis' de Liszt en la Seo, y tal vez la 'Misa de la coronación' a fin de año.