LITERATURA

Llamazares regresa a Ainielle

El autor de "La lluvia amarilla" visitó el pueblo que inspiró, hace 20 años, su obra más aplaudida. El escritor se sumó a una excursión a pie que contó con cerca de 400 participantes.

El escritor leonés Julio Llamazares volvió ayer a Ainielle, cuando se cumplen 20 años de la publicación de su novela más celebrada, "La Lluvia Amarilla", ambientada en este núcleo abandonado de la Comarca del Alto Gállego. El motivo de este reencuentro con el pasado se debe a la excursión hasta esta localidad que organizó ayer la Asociación Cultural O Cumo de Oliván, por segundo año consecutivo y que contó con la participación de cerca de 400 personas.


Como un caminante más, Llamazares se calzó las botas y realizó el recorrido que va desde Oliván hasta Ainielle, de aproximadamente tres horas, recordando la primera vez que acudió a este lugar, ahora en ruinas, buscando un escenario para su novela.


Un encuentro casual


"Llegué aquí por casualidad, en el mes de marzo de 1987, buscando un sitio donde ubicar mi historia", explica el autor. "Mi curiosidad me llevó a visitar Huesca, provincia en la que hay más de 300 pueblos deshabitados, después de hablar con la escritora zaragozana Ana María Navales, que me recomendó la zona de la Guarguera. También estuve por el Cotefablo, rodeando todo esto sin saber que existía", subrayó.


En esta primera visita, el escritor leonés recaló en Jaca, donde habló con el relojero Ángel Mesado, quien le recomendó visitar la zona de Sobrepuerto y un libro, "El Pirineo Abandonado", de Enrique Satué. "Con este libro en la mano me fui a Oliván". Julio Llamazares llegó a Ainielle cuando ya tenía más de la mitad de la historia escrita: "La disposición de las casas y el pueblo en general se ajustaba a la perfección a mi historia, así que decidí ubicar aquí la trama".


"Cuando la estaba escribiendo en ningún momento pensé lo que iba a suponer este libro", reconoce. Y la verdad es que esta obra se ha convertido en un fenómeno social. Prueba de ello fue la excursionista más joven de ayer, de 4 meses, llamada Ainielle por la novela. O la cantidad de personas que se han desplazado hasta este núcleo deshabitado gracias al libro de Llamazares.


Ángel y Rosario, los últimos


Los dos últimos habitantes del pueblo, Ángel y Rosario, se mostraban sorprendidos por la cantidad de excursionistas que habían acudido a su pueblo natal, donde pasaron los primeros años de su vida, y reconocían no haber visto nunca a tanta gente en Ainielle. Llamazares, en su 'conferencia silvestre' entre las ruinas del núcleo, bromeó diciendo que si hubiera sabido que el libro iba a tener esta aceptación, "lo hubiera ubicado en Oliván, así nos ahorraríamos la caminata, ya que el acceso es más fácil y se puede llegar en coche".


Una de las mayores satisfacciones del autor es que, gracias a esta novela, "se ha empezado a hablar de la despoblación y el abandono". En este sentido, el presidente de la Asociación O Cumo, Carlos Tarazona explicaba que "cada vez que se habla de despoblación, se pone de ejemplo Ainielle", y añadía: "hace 20 años, el nombre de este pueblo ni siquiera aparecía en los mapas".


Esta jornada festiva contó también con la participación de la Ronda de Boltaña, que interpretó sus canciones más entrañables, llenando de vida un pueblo que lleva más de 50 años abandonado.