CINE

Palmas y abucheos en Cannes para "La mujer sin cabeza"

La película, coproducida por los hermanos Almodóvar, fue recibida con opiniones dispares tras su proyección a concurso.

La directora de culto argentina Lucrecia Martel, responsable de títulos como "La ciénaga" y "La niña santa", ha estrenado en la competición de Cannes su tercera película, "La mujer sin cabeza", un drama minimalista sobre el estado anímico de una mujer que está convencida de haber atropellado a alguien en una carretera aislada. Coproducida por los hermanos Agustín y Pedro Almodóvar a través de El Deseo, el largometraje llevará por título en España "La mujer rubia".


María Onetto encarna a la protagonista, una mujer de la burguesía acomodada que un día, durante una distracción conduciendo, nota que ha golpeado algo. Los días siguientes no reconoce los sentimientos que la unen a las cosas y a las personas, solo se deja llevar por la vida social. Un día le confiesa a su esposo que ha matado a alguien en la carretera, él la acompaña hasta el lugar y allí hay un perro muerto. Todo parece superado hasta que el hallazgo de un cadáver conmueve a todos.


La película es una nueva vuelta de tuerca en el personalísimo universo de esta directora que, más que contar historias, se recrea en los sentimientos. Como todas sus películas, esta es también una obra para amar o para odiar, sin que quepan términos medios. Esta dualidad se vivió también en Cannes: tras los dos pases reservados a prensa y crítica, en el primero fue abucheada y en el segundo, aplaudida.


La película "No trata de mostrar lo que percibe la protagonista, sino su estado de ánimo", dijo Martel. Según la directora, haber encontrado el apoyo de Pedro Almodóvar "es para mí una experiencia milagrosa. También porque "El Deseo" defiende el cine de autor y se involucra con los autores, una rareza en la industria, algo muy poco frecuente".


La segunda película a concurso ayer fue la húngara "Delta", en alusión al delta del Danubio, en Rumanía. Está firmada por Kornél Mundruczó, que con 33 años es el director más joven que compite este año en Cannes. Su cinta se inspira libremente en "Ham-let" y en "Electra" y es también una película minimalista de una fascinante belleza visual. Gira en torno a un hombre, condenado al ostracismo por su madre y su padrastro, que regresa a su pueblo y construye una casa ayudado por su hermanastra, a la que acaba de conocer.


Por último, en la Quincena de los Realizadores se proyectó ayer la película española "El cant dels ocells", de Albert Serra.