HISTORIA

"¡Que usted torture bien!"

El aplastacabezas, la silla de interrogatorio con asiento y respaldo de púas o el potro son algunos de los 60 instrumentos de tortura que pueden verse estos días en Toledo, dentro de la exposición "Inquisiciones. Persecución y tortura en Europa desde la Edad Media hasta el siglo XIX". Una muestra organizada por un grupo de empresarios de Toledo junto a la empresa "Cultura Entretenida" que podrá contemplarse durante un año en la sala de exposiciones "Alfonso XII", a escasos metros del antiguo convento de San Pedro Mártir que fue cuartel general de la Inquisición en la Ciudad Imperial.


La intención de sus organizadores es ampliar el número de piezas de esta colección y convertirla en una exposición permanente que sea un reclamo turístico más de Toledo. "Hace 20 años se organizó una exposición parecida en Toledo que tuvo gran éxito y todavía hoy vienen muchos turistas preguntando por aquella exposición", explica Francisco Molina, coordinador de esta muestra.


La exposición reúne una selección de las máquinas de tortura más utilizadas por los tribunales inquisitoriales de España y otros países europeos que se han conservado hasta nuestros días en casas de anticuarios aunque también incluye otras piezas restauradas y réplicas. "Con esta exposición descubrimos que nuestro país fue parco en instrumentos de tortura si lo comparamos con lo que hizo la Inquisición en países del centro de Europa porque aquí se utilizaron principalmente la garrucha, la toca, el potro y otros tormentos en los que se empleaba el fuego", indica Francisco Molina. Define la exposición como "realista" con el objetivo de "lanzar un mensaje contra la tortura y la pena de muerte que se vale de estos instrumentos para mostrar la peor cara del ser humano y que se inventaron para infligir dolor, imponer ideas o acallar otras".


Estremecedor


"Inquisiciones. Persecución y tortura en Europa desde la Edad Media hasta el siglo XIX" se articula en cinco apartados: la Inquisición; el tribunal de la fe; el proceso inquisitorial; el auto de fe, y brujas y hechiceros.


En ellos se exhiben no sólo máquinas de tortura sino también de ajusticiamiento -gillotina, poste, hacha de verdugo, garrote vil- y de burla pública -picota en tonel, sambenitos y máscaras infamantes.


De todas estas piezas la que más impresiona al coordinador de esta exposición es el aplastacabezas: "Es tremenda porque destrozaba por completo la cabeza y hacía salir masa encefálica por la nariz, boca y ojos". La pera anal, rectal y vaginal y la silla de interrogatorio dotada con 1.500 púas son otros aparatos que ponen los pelos de punta. "La silla de interrogatorio era capaz de extraer confesiones por hechos no cometidos", comenta Francisco Molina.


"Inquisiciones. Persecución y tortura en Europa desde la Edad Media hasta el siglo XIX" puede visitarse de lunes a viernes de 10 a 14 horas y de 16 a 20 horas y los sábados, festivos y puentes de 10 de la mañana a 9 de la noche en horario ininterrumpido. La entrada cuesta 4 euros aunque sólo deberán pagar 3 los estudiantes, jubilados, grupos y menores de edad que sólo podrán acceder acompañados de un adulto.