PATRIMONIO-ARAGÓN

Las obras de restauración del Pilar descubren dos puertas antiguas

Los trabajos actuales en la basílica, que incluyen la recuperación de las campanas, estarán concluidos a principios del mes de junio.

Al Pilar, durante los últimos siglos, se ha entrado a través de las puertas que dan a la actual plaza. Pero se ha entrado también por la fachada lateral que da al Ayuntamiento. Así se acaba de comprobar ahora, durante las obras de restauración en el edificio. Los trabajos han sacado a la luz dos puertas, que se han constituido en un pequeño misterio para los estudiosos. De su existencia no se ha encontrado hasta ahora documentación alguna, se ignora cuándo fueron construidas y por quién. Las arquivoltas han estado siempre ahí, a la vista, aunque al estar cegadas con ladrillo, y elaboradas en la misma piedra que el zócalo (caliza de Fuendetodos), muchos zaragozanos han pensado que se trataba de un simple elemento decorativo. Pero no.


"Vamos a estudiar toda la documentación que tenemos en el archivo de la catedral para intentar dilucidar de qué época son, porque no está nada claro -señala Teodoro Ríos, arquitecto encargado de la restauración-. Pero de momento no ha aparecido nada. Ni siquiera figuran en el plano de Ventura Rodríguez.


Precisamente este dato ofrece ya una importante información para datar las puertas: deben ser anteriores a los trabajos que emprendió Ventura Rodríguez en el templo, es decir, anteriores a 1750. Por su morfología, son posteriores al templo mudéjar (siglos XVI-XVII), así que deben fecharses entre ambos momentos.


"Es muy difícil poder adelantar algo acerca de las puertas pero, por su tamaño y ubicación, lo lógico es pensar que estaban en relación con las viviendas de los canónigos, que estaban donde hoy se ubica el Ayuntamiento de Zaragoza. Seguramente eran puertas de servicio, no de acceso. Y se hicieron al mismo tiempo que el zócalo, son de la misma época, no un añadido posterior".


A falta de nuevas consideraciones, las puertas, que interiormente dan a lo que hoy es el Coreto, van a ser puestas en evidencia. "Se ha tomado la decisión de dejarlas con el muro de ladrillo, pero hacerlo de una forma totalmente evidente para ponerlas en valor", señala Teodoro Ríos.


Retirada de los andamios


Y, mientras, avanza la restauración en el resto del edificio con el punto de mira puesto en la primera semana de junio cuando, según las previsiones, se habrán concluido los trabajos.


"La semana que viene empezaremos a retirar los andamios, lo cual es todo un récord si tenemos en cuenta que el montaje acabó el 30 de enero. La obra va muy rápida gracias a los esfuerzos de todos los que participan en ella. De la torre ya está restaurado buena parte del chapitel, y ahora toca trabajar con las cornisas de piedra, algunas de ellas con serios deterioros. A ver si no surgen imprevistos de aquí en adelante".


Hay un equipo de trabajo que empezó al nivel del suelo y ya ha completado la restauración del tercio inferior de la torre. Otro equipo empezó por arriba. Ambos se encontrarán dentro de unas semanas aunque, según subraya Ríos, "no trabajamos para inaugurar la Expo, sino para poner a punto la basílica del Pilar, que es lo verdaderamente importante. No estamos haciendo una limpieza sin más, estamos restaurando el edificio más significativo de Zaragoza, y lo que nos importa es que todo lo que hacemos dure al menos 100 años".


Más de 150 personas están trabajando en las obras. Se han colocado más de 140.000 tejas de gres, se han impermeabilizado bien las cubiertas, se están limpiando las fachadas con polvo de vidrio a presión muy moderada... A todo el exterior del edificio, además, se le dota de un sistema antipalomas.