LITERATURA

Isabel Abenia: "La vida del Bosco seguirá siendo un misterio siempre"

La pintora aragonesa debuta en la novela con "El alquimista holandés", una ficción histórica que recrea la vida y la obra del pintor flamenco cuya obra encandiló a Felipe II.

"El cuadro del Bosco que más me gusta es el que más se conoce, 'El jardín de las delicias'. Y es que cada vez que lo miras descubres cosas nuevas. Sobre su posible significado se ha escrito de todo, pero personalmente no tengo nada claro. No me creo lo de que fue realizado con un claro propósito moralizante. Para mí, lo que buscaba con esa pintura era explicar todo lo que tenía de inexplicable la época que le tocó vivir". La zaragozana Isabel Abenia ha estado varios años "conviviendo" con Hieronymus Bosch "el Bosco", el pintor flamenco que vivió a caballo entre los siglos XV y XVI. Sus obras sedujeron a Felipe II, lo que explica que una parte muy importante de su producción esté en España, en el Museo del Prado. Ahora, acaba de publicar (La Esfera de los Libros) la novela "El alquimista holandés".


Isabel Abenia es pintora, pasión que no ha abandonado, y ha realizado varias exposiciones individuales y participado en numerosas colectivas. Lee mucho, y siempre le ha atraído el Bosco, así que era cuestión de tiempo que se pusiera a recrear la vida del pintor. Está bien dicho: recrear.


"Empecé a trabajar en este libro en septiembre de 2004. Leí todo lo que pude sobre el pintor y su época, viajé a Hertogenbosch, e intenté desentrañar un enigma indescifrable. El problema del Bosco es que de su vida sabemos apenas cuatro cosas: que pertenecía a una hermandad, que estaba casado... Y es un personaje muy especial: hay que mirar sus obras y extraer tus propias conclusiones". La suya es una novela de imágenes, pero también de símbolos, como los que afloran en la obra del Bosco. "Es muy difícil también meterse en la cabeza de un pintor de cinco siglos atrás, e intentar descifrar su simbología. En la época, una lechuza podía simbolizar la maldad, la herejía, la sabiduría...".


El ramalazo de locura


Isabel Abenia no duda en definir su libro como una "ficción histórica", en la que se mezclan personajes reales e inventados, muchos de ellos, como se espera en una novela de este corte, en realidad arquetipos de una época y de una sociedad: la bruja, el inquisidor o el alquimista conviven en las páginas con Aleyt van der Meervene, la esposa del pintor, o con el arquitecto Alart Duhameel.


"Dicen que pintaba 'a la prima', sin retocar, lo que demuestra el alto conocimiento técnico que poseía. Y empleaba mucho ciertos colores, como el rojo, azul o blanco, que se han querido relacionar con la alquimia. Pero lo fascinante del Bosco es que es y será un misterio siempre, a no ser que aparezca algún manuscrito revelador, lo que parece difícil. Yo me lo he imaginado como una buena persona, con un importante ramalazo de locura, un trabajador incansable y con dudas religiosas. Su figura, hoy, nos plantea tantas dudas que hay especialistas que lo retratan como alguien muy religioso, mientras otros lo sitúan muy cerca de la herejía".


Isabel Abenia cree en la literatura como modo de diversión. "Cuando alguien coge una novela busca, en la mayoría de los casos, evadirse de la realidad. No comparto para nada esa idea que aún tienen algunos de que la literatura entretenida es de peor calidad que la no entretenida. La novela debe ser fluida", subraya. Mientras "El alquimista holandés" escala puestos en las listas de ventas, Abenia prepara ya una nueva novela, ambientada en la España visigoda.