DEBATE DE INVESTIDURA

Zapatero y Rajoy inauguran una nueva etapa alejada de la crispación

El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno promete que las "turbulencias" económicas no traerán subidas de impuestos ni recortes sociales.

Picos Laguna (HERALDO.es)

José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy enterraron ayer la crispación y mostraron su voluntad de inaugurar una nueva etapa política marcada por un mayor acercamiento entre los dos grandes partidos y una clara voluntad de consensuar la política antiterrorista. El líder socialista anunció su intención de convocar de inmediato a Rajoy a la Moncloa para concretar especialmente un nuevo pacto contra ETA, al que Rajoy se mostró dispuesto si hay claridad en la propuesta, pero también los demás acuerdos que le puso sobre la mesa.


Aunque el debate fue casi de guante blanco, sobre todo si se compara con los enfrentamientos casi feroces de la anterior legislatura, el líder del PP anunció el voto en contra de su grupo. Algo que al candidato a la presidencia del Gobierno le pareció "lógico" por parte del principal partido de la oposición, pese a que Rajoy dijera en la campaña que si ganaba pediría que los socialistas se abstuvieran. Zapatero salió de la primera sesión con la casi seguridad de no tener apoyos suficientes para ser investido por mayoría absoluta en primera vuelta y deberá esperar a la segunda votación del viernes, ya por mayoría simple.

Ejes principales


El debate de ayer giró en torno a dos ejes principales: las ofertas de pactos de Zapatero y el diagnóstico y las soluciones a la desaceleración económica. En la primera cuestión hubo una apreciable aproximación. En la segunda, la discrepancia fue total. En lo que afecta a anuncios concretos, el candidato a presidente anunció la inmediata presentación de un paquete de medidas para hacer frente a la crisis y también, durante el debate con el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, la inmediata publicación de las balanzas fiscales, una vieja aspiración de los nacionalistas catalanes. Además, anunció la creación de un grupo de trabajo para reformar la ley del aborto.

Otras ofertas de consenso


El tono general de la sesión tuvo altura política y estuvo exento de incidentes. Tanto Zapatero como Rajoy eludieron culparse mutuamente de la ruptura de los consensos, como ocurría en los debates recientes. El líder socialista emplazó personalmente a Rajoy a llegar también a acuerdos en la renovación del Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, la urgente reforma de la Justicia, el sistema de financiación autonómica y municipal, y sobre los objetivos a alcanzar en la presidencia española de la Unión Europea en el 2010. Zapatero hizo la oferta de consenso a todos los grupos políticos, pero reiteró que la dirigía "con particular énfasis al principal partido de la oposición que ostenta una representación estimable".

 

Rajoy se mostró dispuesto a llegar a acuerdos, pero previa rectificación de los errores que asegura ha cometido su adversario político. Así, le echó en cara que fue él quien enterró el pacto antiterrorista, aprobó el Estatuto catalán sin el acuerdo de los dos grandes partidos por primera vez en la historia y quiso imponer su idea de España y su visión de la historia. El desacuerdo fue absoluto en en el análisis de lo que Zapatero denominó "desaceleración" y Rajoy "crisis" y sobre las medidas que se deben tomar para afrontarla.