GANÓ LA ABSTENCIÓN

Una parte de CiU quería castigar al Partido Socialista

Duran i Lleida pidió a Zapatero que no convoque elecciones ahora porque es "el peor momento".

Duran i Lleida.
Una parte de CiU quería castigar al Partido Socialista
EFE

La incógnita de la postura de CiU ante el decreto ley del Gobierno que recoge los recortes para reducir el déficit se mantuvo hasta el último instante. Al final, su secretario general, Josep Antoni Duran i Lleida, anunció que su formación se abstendría, después de varios días de debate interno en que hubo incluso voces a favor de 'castigar' a los socialistas, tanto por la gestión económica del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero como por la actuación del PSC en Cataluña.


Duran i Lleida se dirigió en exclusiva a Zapatero "por ser una sesión excepcional" y porque hay que "asumir todas las responsabilidades necesarias", aunque otros grupos "escondan la cabeza bajo el ala" -en alusión al PP- con la vista puesta en la federación nacionalista. "Pero nosotros no pensamos en las próximas elecciones", incidió Duran, quien señaló que su votación puede "no ser entendida" por sus propios votantes.


No obstante, advirtió de que si no se aprueba el decreto, las fianzas públicas españolas entrarían en riesgo de intervención como Grecia, lo que complicaría aún más los problemas de funcionarios y pensionistas. En este punto fue alabado por la bancada socialista, si bien Duran se mostró inflexible. "No me aplaudan porque no estoy de acuerdo con ustedes", incidió Duran quien añadió que Zapatero "ha concluido su etapa de Gobierno", aunque antes de abandonar el poder debe aplicar de una vez reformas laborales y del sistema financiero.


"No convoque elecciones ahora, en el peor momento de crisis", señaló Duran, e instó al Gobierno a que lo haga cuando se celebre el debate de los Presupuestos de 2011, que no contarán con el apoyo de CiU. "El problema es usted", le espetó al jefe del Ejecutivo.


Por su parte, el presidente de CiU, Artur Mas, aseguró que la abstención de su partido no ha salvado al Gobierno, sino que ha dado "aire a una economía que se ahoga" y ha permitido que se continúen pagando nóminas y pensiones.