Una enmienda a la ponencia política del PP aboga por una reforma parcial de la Constitución pactada con el PSOE para poner fin a las pretensiones "disgregadoras" de los nacionalismos. El documento, firmado entre otros por el eurodiputado Alejo Vidal-Quadras, el diputado Eugenio Nasarre y el diputado autonómico vasco Santiago Abascal, sostiene que en los dos últimos años "se ha agravado el problema histórico que representan los nacionalismos para el mantenimiento de la unidad de España".

Los enmendantes proponen que el PP plantee a las demás fuerzas políticas "de ámbito y vocación nacionales" cambios "significativos" en los apartados referidos al Congreso, Senado, Administración General del Estado y Poder Judicial para fortalecer el Estado de Derecho. Los parlamentarios populares defienden la organización autonómica de España, pero alertan de que "la autonomía no es ni puede convertirse en soberanía. Tampoco puede conducir a disociación o disgregación territorial".

La soberanía del pueblo español, prosiguen los dirigentes opositores, y la unidad de la nación española, "como sujeto histórico-político, son y deben seguir siendo los primeros fundamentos de la Constitución", y no caben, pues, "otros sujetos históricos que tengan la consideración de naciones, comunidades nacionales o entidades similares".

La reforma propugna asimismo "la corrección de las desviaciones de signo confederalizante" y "la reforma y modernización del armazón institucional del Estado". Sin esas medidas, agregan los enmendantes, "no podrá garantizarse la estabilidad y la viabilidad de nuestro Estado a medio plazo".

La modificación de la Constitución, según la propuesta de los dirigentes populares, debería pactarse y aprobarse en esta legislatura, mantenerse el acuerdo en la próxima, y si fuera necesario formar "un Gobierno de coalición" entre PSOE y PP después de las próximas elecciones generales.