ETA

Txelis podría salir varias horas al día de la cárcel

La Audiencia Nacional ha recibido la propuesta de que José Luis Álvarez, 'Txelis', condenado por asesinato en 1992, tenga permiso para abandonar la prisión de Nanclares de Oca para acudir a un curso de formación.

'Txelis' en el aeropuerto de Madrid-Barajas en 1999 al ser extraditado por Francia
'Txelis' podría salir varias horas al día de la cárcel
HERALDO

Instituciones Penitenciarias ha propuesto a la Audiencia Nacional que el ex dirigente etarra José Luis Álvarez Santacristina, 'Txelis', expulsado de la banda en 1998, pueda salir de la cárcel de Nanclares de Oca (Álava) varias horas al día, de lunes a viernes, para hacer un curso de formación.


Así lo han confirmado fuentes penitenciarias, que han precisado que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha dado el visto bueno a la propuesta de la Junta de Tratamiento de la prisión alavesa, donde cumplen condena 25 presos de ETA, la mayoría de los cuales se ha apartado de una u otra forma de la disciplina de la banda terrorista.


Entre ellos están Andoni Muñoz de Vivar y Fernando Luis Astarloa, quienes, al igual que Txelis, se encuentran en segundo grado penitenciario, aunque a éstos ya se les ha aplicado el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que permite adoptar un modelo más flexible para ejecutar su condena manteniendo su grado penitenciario.


Ese precepto dice que "con el fin de hacer el sistema más flexible, el equipo técnico podrá proponer a la Junta de Tratamiento que, respecto de cada penado, se adopte un modelo de ejecución en el que puedan combinarse aspectos característicos de cada uno de los mencionados grados, siempre y cuando dicha medida se fundamente en un programa específico de tratamiento que de otra forma no pueda ser ejecutado".


Esta medida excepcional, en cualquier caso, tiene que ser aprobada por el Juez de Vigilancia Penitenciaria correspondiente, que en los casos de condenados por delitos de terrorismo es el de la Audiencia Nacional, José Luis Castro. Previamente, la Fiscalía de la Audiencia Nacional tendrá que informar al magistrado sobre su postura.


La Junta de Tratamiento de la cárcel ha dado ese paso porque, según las citadas fuentes, Txelis cumple con todos los requisitos legales para que se le aplique ese artículo: ha cumplido la mitad de su condena de acuerdo con el antiguo Código Penal, ha condenado la violencia terrorista, se ha comprometido a pagar la responsabilidad civil derivada de sus acciones y ha pedido perdón a las víctimas.


Txelis, de 57 años, fue expulsado en el verano de 1998 de la dirección de la banda por "falta de disciplina", después de que éste pidiera una tregua, y en diciembre de 2007 fue apartado también del colectivo de presos de la banda.


Álvarez Santacristina fue uno de los primeros miembros de ETA en condenar la violencia terrorista, postura en la que se ha ratificado después en numerosas ocasiones. Una de ellas se produjo el 27 de septiembre de 2001, cuando mientras estaba siendo juzgado en la Audiencia Nacional dijo al tribunal: "No soy miembro de ETA, no quiero ser miembro de ETA, guste o no".


En febrero de 2008, Txelis y Kepa Pikabea dirigieron una carta al resto de presos de la organización terrorista, que ETA rompiera el alto el fuego un año antes sin tener en cuenta la opinión de los reclusos.


En la misiva, ambos presos aseguraban que habían informado en noviembre de 2007 a sus compañeros de que se desvinculaban del colectivo de presos de ETA y de que a partir de ese momento seguirían "su propio camino", porque "hace mucho" que creían que "ninguna estrategia armada" podía servir para ofrecer "una salida sensata al conflicto político que vive Euskal Herria".


Ambos reclusos están convencidos de que la mayoría de la sociedad vasca, también la mayor parte de los militantes de la izquierda abertzale, no respalda la "lucha armada".


Como dirigente de ETA, Txelis ha sido condenado, entre otras causas, como inductor del asesinato en 1992 del catedrático Manuel Broseta y por ordenar a la banda exigir y cobrar el denominado "impuesto revolucionario" con el que la organización terrorista extorsiona a los empresarios.