Si el objetivo de Mariano Rajoy para las municipales es aumentar la ventaja que ya obtuvo sobre el PSOE en 2007, su propósito en las autonómicas es recuperar territorios para el PP, y su esperanza está puesta en ganar Aragón y Castilla-La Mancha. El abandono de Marcelino Iglesias permite al partido opositor albergar esperanzas de volver al poder en esta Comunidad mediante pactos con el Partido Aragonesista y gracias al tirón de su candidata la ex alcaldesa de Zaragoza, Luisa Fernanda Rudí.

El PP dice que Castilla-La Mancha es la apuesta más segura de Rajoy, que situó a la candidata autonómica en lo más alto de la dirección nacional para garantizarse las opciones de éxito en las elecciones de 2011.Dolores Cospedal fue nombrada secretaria general para llegar a la presidencia de este territorio socialista desde la política nacional. Los dirigentes populares siempre se han preguntado por qué ganan siempre en las generales y obtienen buenos resultados en las municipales, pero pierden en las autonómicas en esta comunidad.

La respuesta fue desde siempre, indefectiblemente, el innegable tirón popular de José Bono. Cuando el actual presidente del Congreso dejó Castilla-La Mancha, los populares tampoco supieron aprovechar la oportunidad y entonces echaron la culpa al error en la elección del candidato y la habilidad demostrada por los socialistas en su descrédito. Para no tropezar en la misma piedra que les impidió ganar con José Manuel Molina y Adolfo Suárez, blindaron a la aspirante con un cargo en la dirección nacional, un ascenso que le dio un peso y una popularidad suficientes como para competir con el actual presidente, el socialista José María Barreda.

Los datos demoscópicos avalan la fe en la victoria de Cospedal, según las fuentes consultadas, y Rajoy ya acaricia la idea de dibujar el corredor de gaviotas populares entre Galicia y Castilla-La Mancha, pasando por Madrid y Castilla y León.