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Rajoy refuerza su liderazgo en el PP al consolidar su poder en los territorios

El líder del PP propone aprovechar los congresos autonómicos y provinciales para hacer las paces con Madrid, renovar Aragón y Extremadura y modernizar el partido en Andalucía.

El poder que consiguió Mariano Rajoy gracias a su triunfo en el congreso nacional del PP, celebrado en Valencia el pasado mes de junio, se verá incrementado en los próximos meses con la celebración de los congresos autonómicos y provinciales del partido. Los cónclaves le permitirán incrementar su liderazgo si logra situar a sus afines al frente de las organizaciones territoriales. El líder quiere renovar Aragón y Extremadura, modernizar el partido de Javier Arenas en Andalucía y se propone hacer las paces con Esperanza Aguirre en la asamblea del PP de Madrid.


El próximo fin de semana, Aguirre renovará sus órganos directivos con el mismo equipo de leales, pero con algunos retoques que serán el reflejo de su nueva relación con Alberto Ruiz-Gallardón. Fuentes populares madrileñas aseguran que la presidenta y el alcalde viven una auténtica "luna de miel" en sus relaciones políticas porque ambos han llegado a la convicción de que no pueden repetir las hostilidades que protagonizaron la pasada legislatura.


El congreso del PP de Madrid se celebrará así en un clima pacífico muy diferente al que conmocionó a la organización hace cuatro años. Eran otros tiempos, cuando la presidenta autonómica se embarcaba en una guerra abierta contra Ruiz-Gallardón ante la pasividad de la dirección nacional, en manos del entonces secretario general, Ángel Acebes.


Tras múltiples escaramuzas entre ambos, Alberto Ruiz Gallardón exhibe ahora una actitud conciliadora, de colaboración y apoyo a la candidata. El alcalde se ha alejado de la política regional porque se ve proyectado -como siempre pretendió- al ámbito nacional. No en vano, en vísperas del cónclave, el carismático político popular se someterá a la audiencia del programa televisivo 'Tengo una pregunta para usted', la emisión que dio a Mariano Rajoy el momento de mayor popularidad.


Aunque las discrepancias entre Rajoy y Esperanza Aguirre están lejos de desaparecer, ambos dirigentes escenificarán un cese de hostilidades completo en la jornada de clausura del congreso, el próximo sábado. Como adelanto, la presidenta ha cambiado el tono de sus intervenciones públicas y ya no se prodiga -como hizo durante los meses de la dura batalla interna- en discursos de 'lideresa' del partido, alternativa de su presidente y contrincante de José Luis Rodríguez Zapatero. Por el momento, Aguirre aparca ahora sus diferencias para no convertirse en una isla dentro del PP nacional.

 

Por su parte, a Rajoy también le interesa ofrecer una imagen de concordia para disimular que Madrid es su asignatura pendiente en un panorama de baronías territoriales afines, capitaneadas por Javier Arenas y el valenciano Francisco Camps.


Clave electoral

 

El presidente del PP pidió a los miembros de su Comité Ejecutivo, en la primera reunión tras las vacaciones, que acometan los congresos regionales y provinciales en clave electoral. Los presidentes que salgan de estas asambleas están destinados a ser candidatos a alcaldes y presidentes autonómicos en los comicios de 2011. Desde esta perspectiva, el partido de la oposición tiene tres grandes agujeros negros en Asturias, Aragón y Extremadura, donde los estrategas de la organización se proponen renovar las cúpulas dirigentes para un nuevo intento de asalto al poder socialista.


En el Principado, Ovidio Sánchez repetirá en la presidencia regional, a pesar de la contestación interna que padece, porque cuenta con la confianza de Rajoy. Sin embargo, fuentes populares aseguran que Sánchez ha sido encargado de propiciar la renovación interna que precisa el partido para afrontar con éxito las elecciones.


La situación de Extremadura es más complicada porque su actual líder, Carlos Floriano, está de retirada, instalado en la política nacional como diputado en el Congreso, pero no se vislumbra un recambio claro. Las diversas familias populares, tradicionalmente enfrentadas, todavía están lejos de alcanzar un acuerdo que alumbre una candidatura de consenso capaz de ganar alguna vez las elecciones.


Tanto o más compleja es la situación del PP de Aragón donde se perfilan, al menos, dos aspirantes para sustituir al actual presidente, Gustavo Alcalde, que también anunció que dejaría el cargo tras la última derrota electoral y sus diferencias de criterio con Rajoy sobre el trasvase del Ebro. La ex presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudí, que lideró la organización como alcaldesa de Zaragoza, no quiere entrar en la batalla interna y se mantiene en un discreto segundo plano como diputada del Grupo Popular.

Caladeros inaccesibles

 

En Andalucía, Javier Arenas se propone echar toda la carne en el asador y utilizar su poder como vicesecretario del PP nacional para modernizar la organización que preside. Su propósito es lanzarla hacia caladeros de voto hasta ahora inaccesibles para los populares. Con este objetivo, Arenas tiene previsto permitir la participación en su congreso a todos los andaluces sin distinción, sean o no militantes del PP.


Abrirá la página Web de la organización para que los ciudadanos presenten sus enmiendas a las ponencias programáticas y los autores de los documentos podrán llamar a los proponentes para que defiendan sus ideas en el plenario del congreso. Además, los populares andaluces quieren invitar a intervenir en su cónclave a representantes de organizaciones sociales y colectivos representativos de distintos sectores de Andalucía.