REACCIONES

Rajoy promete ser constructivo para evitar que empeore la economía

El líder del PP dice que 2010 ha sido "un año duro" y expresa sus reticencias en que de verdad el Gobierno cumpla todos sus objetivos.

Rajoy durante el balance de 2010, hoy, en la sede nacional del PP
Rajoy promete ser constructivo para evitar que empeore la economía
EFE

El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha reclamado de nuevo "un profundo cambio político" para comenzar la recuperación económica y social, pero ha dejado claro que mientras eso no suceda hará "lo posible" para evitar que la factura que pueda dejar el Gobierno a los españoles sea "lo menos mala".


Diversas llamadas al diálogo ha hecho el líder de los populares durante la conferencia de prensa que ha ofrecido en la sede nacional de su partido, a la que no acudía precisamente desde hace un año, también para hacer balance del año que termina.


Un balance que ha sintetizado con estas palabras: 2010 "ha sido un año duro" durante el que "se han sucedido las malas noticias". Sólo, ha dicho, el triunfo de la selección española en el Mundial de fútbol o el premio Nobel a Mario Vargas Llosa, así como la imagen de otros españoles exitosos, han salvado un año en el que casi todo ha ido a peor.


La solución para poner fin a ese "empeoramiento" consiste, según ha dicho Rajoy, en adoptar una serie de medidas y acometer un paquete de reformas que generen confianza en la economía española y alejen los rumores de rescate financiero de la UE, cuestión de la que espera "no se hable nunca más".


Esas medidas y esas reformas las ha repetido el líder del PP varias veces: "lo más urgente es la reestructuración del sistema financiero, de tal forma que cuanto antes puedan las cajas convertirse en bancos y tener accionistas, y luego una ley que fije un techo de gasto a todas las administraciones".


También ha abogado por una reforma fiscal que ayude al emprendedor, por otra de la negociación colectiva, por la del modelo educativo y por la del sistema de pensiones, así como por la consolidación de la unidad de mercado, es decir, pocas normas para que la actividad empresarial se regule por igual en todo el Estado. Rajoy se ha detenido en la reforma del modelo energético tras la subida del precio de la luz casi un 10%.


En este ámbito ha situado uno de los principales ofrecimientos del PP, la de pactar un nuevo sistema, pero siempre y cuando se aborden "a fondo" las primas a los sectores fotovoltaicos y solares, el problema tarifario, el futuro de las centrales nucleares o el coste de cada fuente de energía conjuntamente.


El líder del PP ha evitado criticar al ministro de Industria, Miguel Sebastián, salvo para reprocharle que haya intentado contar con el acuerdo de los populares sólo para subir el precio de la tarifa eléctrica.


Sin embargo, Rajoy ha expresado sus reticencias en que de verdad el Gobierno cumpla todos estos objetivos; de hecho, ha comenzado su intervención ante los periodistas recordando lo que prometió el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando hizo balance de 2009.


"Nada de lo que dijo entonces, también un 30 de diciembre, sobre el fortalecimiento de los derechos sociales o las vías de recuperación económica se ha corroborado en este ejercicio", ha denunciado el líder del PP.


Con dichos antecedentes, Rajoy ha destacado que "son muchas las cosas a cambiar tras años de inacción o de ir en direcciones equivocadas", y así, ha añadido, "no hay confianza posible cuando las crisis no se explican o cuando se reacciona con medidas improvisadas y atropelladas".


El presidente del PP ha proclamado entonces que ha llegado el momento de "tener altura de miras" y de hacer lo posible para evitar que 2011, como 2010, sea "un año perdido". Eso pasa, ha sentenciado, por "un profundo cambio político". No obstante, en palabras de Rajoy, "Zapatero no quiere que los españoles opinen, es evidente que no quiere que los españoles sean llamados a las urnas, no está en su cabeza".


Por tanto, entretanto, y según sus propias declaraciones, el líder de los populares debe ser constructivo y hacer "lo posible" para que "la factura que pueda dejar el Gobierno a los españoles sea lo menos mala".


En ese objetivo, buscará acuerdos con el Gobierno a pesar de que hasta ahora su partido ha respaldado más el Ejecutivo que al revés, como en algunos relevantes asuntos financieros, por ejemplo, la reestructuración del modelo financiero o los "esfuerzos presupuestarios" de las comunidades que gobiernan los populares.


Sí ha puesto una condición al Ejecutivo: "No nos pueden pedir que apoyemos una cosa y la contraria". Por esta razón, Rajoy ha reclamado una política clara, una idea, un plan que genere certidumbre.


El líder del PP ha desvelado que su relación con Zapatero es "cordial, incluso buena", ya que "no hay animadversión ni problemas personales", pero eso no quita que discrepe profundamente de su gestión. De paso ha recalcado que no preocupa en el Partido Popular quien sea el candidato del PSOE en las próximas generales.


Dentro del balance interno, el presidente del PP ha comentado que el hecho más notorio ha sido el resultado en los pasados comicios catalanes, el mejor de su historia.