Una de las críticas más duras que lanzó el presidente del PP, Mariano Rajoy, durante la primera Junta Directiva del partido tras el verano, fue en el asunto de la inmigración y el mercado laboral: "Hay 18.000 extranjeros cobrando seguro de desempleo y ya volvemos a tiempos pasados, hay 20.000 andaluces que han pedido trabajo en la vendimia francesa". "No basta con las declaraciones, que no están mal, del ministro de Trabajo, en los temas de inmigración, lo que hay que hacer es actuar y gobernar", dijo Rajoy, que acusó al Gobierno de Zapatero de utilizar los Presupuestos Generales del Estado de "cromos" para negociar con el lendakari Juan José Ibarretxe.

Poco después, la Secretaria de Integración y Convivencia del PSOE, Bernarda Jiménez, pidió al presidente del PP que se retracte de esas declaraciones, al considerar que tienen "un tufo xenófobo que recuerda a regímenes y a políticos que no son del todo democráticos". "Por si no se acuerda en España todos los trabajadores tienen deberes y derechos, y uno de ellos es el de recibir la prestación de desempleo y este derecho sólo depende de haber cotizado a la Seguridad Social y no de su lugar de nacimiento, como parece defender el señor Rajoy", aseveró la dirigente socialista.

La responsable socialista en inmigración se preguntó si lo que quiere el PP es volver al modelo de emigración que existía cuando ellos gobernaban, "es decir, la inmigración ilegal y clandestina", frente al puesto en marcha por el Gobierno socialista: "inmigración ordenada y con derechos para los trabajadores". Finalmente, Jiménez recordó a Rajoy que gracias a esta política migratoria en la actualidad hay más de 2.100.000 trabajadores extranjeros que cotizan y que por lo tanto, contribuyen, como cualquier otro trabajador, a la caja de la Seguridad Social.