Cuando Mariano Rajoy corrió el viernes presuroso a apagar el fuego que, de manera inesperada, le había creado el líder de los populares andaluces, Javier Arenas, muchos repararon en una ausencia. El también vicesecretario general de política autonómica y municipal no estaba presente en el hotel Ritz desde el que el jefe de la oposición negó su disposición a formar un gobierno de coalición con José Luis Rodríguez Zapatero. Pelillos a la mar. Veinticuatro horas después, ambos aparecieron juntos en Córdoba y Rajoy no ahorró loas a su 'barón'.

No están las cosas para abrir un conflicto por nada cuando el PP atraviesa su mejor momento en Andalucía. Desde hace meses, Rajoy recorre la autonomía para apuntalar la victoria que los sondeos conceden a Arenas en el tradicional feudo socialista y respaldar al presidente del partido de cara a su primer examen: las municipales del próximo año. El apoyo cobraba ayer especial relevancia tras el cruce de afirmaciones entre Arenas, que planteó la posibilidad de un gobierno de coalición a medio plazo, y el propio Rajoy, que rechazó tajantemente una alianza dirigida por Rodríguez Zapatero. "Es impensable porque no creo en él ni en las políticas que ha llevado a cabo", afirmó.

En el acto de presentación de los candidatos municipales andaluces en Córdoba, el líder del PP criticó de nuevo la gestión del jefe del Ejecutivo, pero reiteró su disposición a alcanzar acuerdos sectoriales en ámbitos de especial interés, como el energético, "siempre y cuando", matizó, el Gobierno rectifique y plantee "cosas razonables". Pero, además, felicitó a Arenas por su "extraordinaria" intervención en el debate sobre el estado de la comunidad.

El presidente del PP, que trata de quitarse de encima la etiqueta de 'partido del no' endosada por los socialistas, expresó su voluntad de acordar con el PSOE aquellas políticas de especial interés para los ciudadanos y puso como ejemplo el consenso alcanzado en la ley de víctimas del terrorismo, en la que el Ejecutivo, dijo, ha aceptado tener en cuenta los criterios de las víctimas, o el acuerdo para no subir el recibo de la luz y asestar otro duro golpe a las economías familiares o de las empresas.