EXTERIORES

Moratinos ofrece a los grupos parlamentarios consensuar la política exterior

El PP exige al Gobierno una actitud más firme frente a las autoridades de Cuba.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ofreció en el Congreso de los Diputados a los grupos parlamentarios un "decálogo de puntos para el consenso" en política exterior. Con esta iniciativa, que el PP acogió con buenos ojos, el Ejecutivo quiere sosegar el debate en torno a esta cuestión de Estado que el principal partido opositor convirtió la legislatura pasada en uno de sus argumentos para el enfrentamiento con el Gobierno socialista. Las divergencias sobre la política hacia Cuba son ahora el principal punto de fricción entre los dos principales partidos.


En su primera comparecencia de la legislatura ante la Comisión de Exteriores, Moratinos expresó su determinación de "alcanzar el máximo consenso" entre las fuerzas del arco parlamentario en política exterior. Ese compromiso quedó reflejado en un decálogo de propuestas que fue distribuido a los diputados al objeto de "suscitar el debate" y de "acercar posiciones" para lograr el mayor respaldo a la estrategia exterior del Ejecutivo para los próximos cuatro años.


De la propuesta gubernamental, sólo el punto octavo referido a la política hacia Iberoamérica y a las reformas iniciadas en Cuba, reeditó el enfrentamiento de la pasada legislatura entre el PP y el Ejecutivo. La oferta de Moratinos fue "apoyar el proceso de reformas abierto en Cuba a través del respeto mutuo y el diálogo constructivo", actitud que los 'populares' ven complaciente hacia el régimen de Fidel Castro. El portavoz del PP, Gustavo de Arístegui, exigió que España "tenga un papel fundamental en la transición en Cuba, y no en la sucesión dentro de la dictadura".


El PP entiende que lo que el Gobierno llama "proceso de reformas", iniciado hace casi dos años con la retirada de Fidel Castro de la política activa, persigue "el "objetivo de mantener esa dictadura". Arístegui exigió al Ejecutivo un "diálogo firme, crítico y exigente con la dictadura cubana" para la transformar el régimen en una democracia.

Sin injerencias


Esa tesis fue contestada por algunos portavoces parlamentarios: el de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, demandó "respeto hacia el proceso de reformas" abierto en la isla y pidió al Ejecutivo que "no admita los cantos de sirena en relación a Cuba". La representante del BNG, Olaia Fernández, dijo no entender cómo alguien puede exigir al Gobierno de España que "promocione procesos de transición en ningún Estado del planeta" y pidió respeto hacia lo que decidan los cubanos. En ese sentido, avisó de que "ningún tipo de injerencia" contará con el apoyo de su partido.


En el decálogo propuesto por el Gobierno destaca una llamada a los grupos para que respalden la ratificación del Tratado de Lisboa, que sustituirá a la fallida Constitución Europea que los españoles aprobaron en referéndum. El Ejecutivo pide, además, apoyo para preparar los objetivos y prioridades de la Presidencia Española de la UE, prevista para el primer semestre de 2010. El Gobierno, explicó Moratinos, trabajará esos meses por una Europa "más eficaz, relevante y solidaria", próspera y cohesionada en lo social. El portavoz del PP señaló que su partido "sin duda" apoyará al Ejecutivo en esas tareas.


En relación con Europa destaca también el objetivo de afianzar las políticas comunes en inmigración, seguridad y defensa. En el plano global, el Ejecutivo reitera el compromiso de España con el multilateralismo y la reforma de las Naciones Unidas, así como su determinación de contribuir con personal civil y militar a las operaciones de paz de la ONU.


El Gobierno también propone trabajar para lograr una paz viable y duradera en Oriente Próximo, y colaborar para "solventar definitivamente" el contencioso del Sahara Occidental por medio de "un acuerdo justo que respete el principio de autodeterminación en el marco de las Naciones Unidas".