El cuerpo del capitán José María Galera, asesinado en Afganistán, será enterrado este viernes en el cementerio de Tarazona de la Mancha (Albacete), por expreso deseo de su familia, parte de la cual residía en esta localidad. Por su parte, la Comunidad Bahá'í de España enterrará al intérprete Ataollah Taefy este viernes en el Auditorio de Cuarte de Huerva en una ceremonia bahá'í.

Tras el funeral que se oficiado en Logroño en memoria de Galera, su compañero alférez y el intérprete asesinados, un avión de las Fuerzas Aéreas llevará el cuerpo del albaceteño hasta la Base Aérea de Los Llanos, en Albacete, para posteriormente trasladarlo hasta Tarazona. El funeral será presidido por Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la ministra de Defensa, Carme Chacón, también estarán presentes.

El Gobierno concederá a los dos guardias civiles y al intérprete la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo, la distinción que se concede a los militares que fallecen en misiones en el exterior como "consecuencia de acciones violentas de elementos hostiles". Se trata de la máxima condecoración para fallecidos en actos heroicos.

Más de 300 personas han participado este jueves en una concentración silenciosa convocada en la localidad burgalesa de Aranda de Duero, donde vivió gran parte de su vida Abrahán Bravo Picallo, el alférez fallecido en Afganistán. El alcalde de Aranda, Luis Briones, procedió a la lectura de un comunicado de la Corporación Municipal en el que expresó "la repulsa ante este criminal atentado y el sentimiento de dolor, rabia e indignación".

La Comunidad Bahá'í de España enterrará al intérprete Ataollah Taefy, que pertenecía a la Comunidad Bahá'í de España, este viernes en el Auditorio de Cuarte de Huerva en una ceremonia bahá'í. La Fe Bahá'í es una religión independiente establecida en España desde 1948, tiene presencia en todas las provincias y los bahá'ís de España desarrollan actividades para promocionar el establecimiento de una nueva sociedad basada en la armonía y la unidad del género humano.

Según los principios bahá'ís, el alma del ser humano no termina con la muerte física, sino que sigue progresando en el mundo espiritual. Por ello, las ceremonias bahá'ís del funeral y del entierro consisten en la lectura de textos sagrados y oraciones que ayuden al progreso del alma del fallecido.