POLÍTICA

Los herederos de Marx, en la encrucijada

En pleno proceso de refundación, Izquierda Unida debate el rumbo de su futuro para sobrevivir en el siglo XXI con reivindicaciones ecologistas, pacifistas, feministas y solidarias. Figuras del pasado y el presente de la formación analizan hacia dónde van las fuerzas progresistas.

Julio Anguita
Los herederos de Marx, en la encrucijada
EFE

La luz de los partidos nacidos de las brasas de las antiguas formaciones comunistas languidece en Europa. Toca reinventarse para no desaparecer. Hay varios modelos. En Alemania, con notables resultados, Oskar Lafontaine y su Die Linke ha logrado aglutinar a los descontentos con el sistema, en especial a los habitantes de la antigua RDA. En Italia, por el contrario, la atomización de las formaciones más progresistas ha llevado a que se conviertan en extraparlamentarias. En España, Izquierda Unida ha comenzado su proceso de refundación con dudas añejas y esperanzas renovadas.

 

El coordinador general, Cayo Lara, quiere capitanear una nueva alternativa con la mayor participación social posible. La izquierda española pretende retomar la calle y recuperar las bases de una sociedad compleja, con un tejido asociativo diferente al de los primeros años de la democracia. Los años de la exaltación de la política han dejado paso a las causas solidarias, ecologistas o sociales.

 

Los hombres y mujeres que reivindican una izquierda más allá del PSOE, los que se reclaman hederos de Carlos Marx, rechazan que ser comunista en 2009 sea una entelequia, defienden un proyecto político de tipo federal, republicano, feminista y socialista que luche contra el gran 'enemigo' que todo lo impregna, el neoliberalismo económico e ideológico, la adecuación, dicen, del capitalismo a los nuevos tiempos.

 

Allí donde muchos ven el desastre, en IU creen que en la crisis económica está el germen de su nueva oportunidad para unir todas las sensibilidades progresistas. Existen corrientes en la coalición, leales al proceso de refundación, que abogan por mirar menos a Europa y más a Latinoamérica, donde se ha abierto un "nuevo ciclo histórico". También los hay clásicos y ortodoxos escépticos con ese tipo de aventuras y anclados en los principios de la lucha de clases y el control de los medios de producción.

 

Pero la realidad amenaza con colapsar los sueños de unos y otros. Es un hecho que la Ley Electoral asfixia a la tercera formación en número de votos en España -solo dos diputados con un millón de votos en 2008-. Una queja, sin duda, fundada, pero no se debe olvidar que con esta misma normativa Julio Anguita alcanzó el techo electoral de IU en 1996, con 21 parlamentarios, y que en 1979, el PCE, con Santiago Carrillo como cabeza de cartel, obtuvo 23 escaños en el Congreso.

Izquierda "errática"

Julio Anguita, ex líder de la coalición, logró los mejores resultados electorales en la historia de IU. Ahora, desde posiciones más críticas, reclama que no se confunda el proceso de refundación abierto, aunque no se desarrolla como imaginó, con el debate de hacia dónde va la izquierda, que es, en su opinión, una cuestión de mayor enjundia e importancia. Defiende la existencia de la izquierda y la derecha en política, aunque lamenta que la primera haya perdido ya "muchas plumas", muchos conceptos, por lo que necesita una redefinición. Una búsqueda de la esencia perdida que, de momento, no transitaría por la senda adecuada. "La izquierda va errática, no encontrará nunca su salida si se mantiene a la caza de su espacio, de su mensaje electoral, porque eso se ha acabado; estamos al final de la civilización que surgió con el maquinismo", apunta.Se queja de que hoy cualquier formación puede denominarse de izquierdas porque se trata de una mera etiqueta que responde a la mercadotecnia electoral dentro de una especie de pacto tácito entre el electorado y los partidos, con apariencia puramente virtual.

 

Rosa Aguilar, ex alcaldesa de Córdoba y que fue un referente en IU hasta que en 2009 abandonó su formación para integrarse, como independiente, en el Ejecutivo socialista andaluz, propone enterrar las discusiones decimonónicas que han atomizado la izquierda en España para centrar los esfuerzos de todos los progresistas en "desenmascarar a la derecha". Sostiene que la actual crisis económica la generó la derecha, "y ahora la paga la izquierda". La consejera andaluza de Obras Públicas aboga por recuperar los ideales de siempre de la izquierda: solidaridad, libertad, justicia e igualdad.

 

José Luis Centella, secretario general del PCE, sitúa el debate actual de la izquierda en los que opinan que es imposible una alternativa al capitalismo, y pretenden edulcorarlo y mejorarlo desde el punto de vista social, y los que median por cambiar el sistema por otro más justo y solidario, "donde una mitad de la humanidad no sea explotada por la otra mitad". Indica que el riesgo está en la atomización de las fuerzas progresistas y, asimismo, ve signos positivos en las adhesiones que reciben desde el mundo de la cultura o de los movimientos solidarios.