PARTIDO SOCIALISTA

Los barones urgen a Zapatero a pactar con los sindicatos

Le piden que encuentre un consenso para rebajar la factura electoral. El presidente remarca a los dirigentes territoriales que es fundamental cumplir los objetivos de estabilidad.

De izquierda a derecha, Gómez, Rubalcaba, Blanco, Zapatero, Cháves, Iglesias y Zarrías, ayer en la reunión
Los barones urgen a Zapatero a pactar con los sindicatos
BALLESTEROS/EFE

Los dirigentes territoriales del PSOE no se llaman a engaño: las reformas económicas que impulsa el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero requerirán un esfuerzo ímprobo de explicación si se quiere evitar la debacle electoral, pero más dramática será aún si además hay que hacerlo en solitario. Rodríguez Zapatero reunió ayer en Ferraz a sus barones para buscar implicación activa en la defensa de los planes de ajuste y lo que recibió en respuesta fue el compromiso de apoyo, sí, pero también la exigencia de que se haga todo lo posible para ganarse a los sindicatos.


"Hay que diferenciar lo necesario de lo conveniente -señaló el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán- y, a veces, lo conveniente es muy conveniente". Mejor explicado aún: "Es necesario hacer las reformas y es conveniente, y hasta muy conveniente, hacerlo por consenso".


No se trata de una opinión aislada. Griñán ejercía ayer como portavoz de los dirigentes autonómicos y, efectivamente, fueron varios los que a la salida del encuentro, sin micrófonos ni cámaras de por medio, admitieron el temor que les produce llegar la cita con las urnas, el 22 de mayo, con los representantes de los trabajadores en contra. El problema es que el Gobierno no es capaz de garantizar hoy por hoy que ese escenario no se producirá.


Griñán -uno de los pocos barones que no se enfrenta este año a unas elecciones- se mostró esperanzado porque, según él, el clima del diálogo social "ha cambiado de manera radical desde hace un mes" y ahora hay "caminos de acercamiento" para acordar al menos la reforma de las pensiones y la negociación colectiva, que es lo que más quita el sueño a los dirigentes socialistas.


Sin embargo, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue extremadamente cauto el viernes cuando, tras la reunión del Consejo de Ministros, admitió que no veía "claro" el acuerdo.

Creerse las reformas

Es, precisamente, lo delicado de la situación lo que forzó a Zapatero a convocar una cumbre con sus líderes regionales, que mañana continúa con los provinciales y municipales y el martes con el grupo parlamentario. Esta llamada a rebato era necesaria porque lo peor que le puede pasar a un partido es que no se crea sus propias políticas, y eso estaba ocurriendo en el PSOE. "A veces parece que las reformas se hacen más por obligación que por convicción", admitía un dirigente que hasta hace poco ocupaba responsabilidades de Gobierno.


Voluntad de asumir doctrina no falta. Zapatero trató de explicar en su discurso por qué es tan importante que todas las comunidades cumplan a rajatabla los objetivos de estabilidad presupuestaria y, según alguno de los asistentes, dejó caer que los mercados internacionales tienen serias dificultades para entender -y, por lo tanto, para confiar- en un modelo de Estado tan inusual como el español.


En la segunda parte de su intervención explicó las dificultades por las que atraviesa el sistema financiero y la necesidad de acelerar la reestructuración y recapitalización de las cajas. Y, por último, se refirió a las reformas del sistema de pensiones, las políticas de empleo y del convenio colectivo.


Más allá de alguna preocupación porque se pueda ir hacia la privatización completa de las cajas, no hubo muchas quejas, pero sí una gran demanda de argumentario. Ya que hay que torear en solitario, que al menos sea con un buen capote.