RIFIRRAFE POLÍTICO

"Limpien su casa y no manchen la de todos"

Rubalcaba dice que tiene "las espaldas anchas" ante el Partido Popular, y Sevilla le recuerda a través de un mensaje en la red social Twitter que el 'doberman' no funcionó.

El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba
Rubalcaba busca un acuerdo por las pensiones y un pacto energético
EFE

Alfredo Pérez Rubalcaba dijo ayer que no está preocupado por la estrategia de acoso y derribo parlamentario a la que, según se vio el miércoles en el Congreso, va a someterle el PP. El nuevo vicepresidente primero del Gobierno tiene claro su papel de puntal del Ejecutivo en la confrontación política con los populares y dio a entender que no teme el intercambio de golpes dialéctico. Aseguró que tiene "las espaldas anchas" para aguantar las críticas políticas y personales que le esperan en cada sesión de control al Gobierno. De hecho, en la semana exacta que lleva de portavoz ya se ha ocupado de acuñar un nuevo catálogo de etiquetas para identificar al PP, como partido "machista, vago y profundamente antisocial".


Pérez Rubalcaba aprovechó para descalificar la estrategia de los parlamentarios populares, que el miércoles le identificaron como "un anacronismo" de los gobiernos de Felipe González, muñidor de los GAL y experto en las "cloacas del Gobierno", último representante de un ejecutivo "hundido por la corrupción y los crímenes de Estado", mentiroso y traidor, autor del chivatazo a ETA, líder de una policía política y protector de un comisario supuesto implicado en la trama de la Operación Malaya.


"Orgulloso" de su pasado


El vicepresidente dijo sentirse "orgulloso" de su pasado político con Felipe González y aseguró que está preocupado por la "sarta de disparates y barbaridades" de los diputados del PP, pero consideró que los planes del partido opositor de convertir el control parlamentario al Gobierno en "una sesión de insultos" es "un flaco favor" al Parlamento y a los ciudadanos. Comentó que, pese a todo, no le extraña lo ocurrido porque "en cuento rascas un poco al PP aparece el radicalismo y el extremismo", y volvió a aconsejar a Mariano Rajoy, en alusión a los casos de corrupción que afectan a su partido, que "limpien su casa y no manchen la de todos", en referencia a las acusaciones de persecución política a policías y fiscales.


Ignacio Gil-Lázaro, el parlamentario popular que dirigió las frases más duras al vicepresidente, no está de acuerdo en que haya una estrategia premeditada de su partido para desacreditar a la mano derecha de Zapatero ni cree que insultaran al vicepresidente en el Congreso. El diputado sostuvo que esta valoración es un "truco" del propio Rubalcaba, que ha bautizado como "insultos" lo que es solo "la verdad". Explicó que acusó al número dos del Gobierno de tapar los GAL, de manipular antidemocráticamente las elecciones de 2004 o de dirigir las cloacas del Estado porque es "la realidad".


No obstante, el portavoz del PP, Esteban González Pons, no ocultó que la intención de su grupo es recordarle a Rubalcaba cada miércoles que "es mortal" y la protagonista de los cara a cara, Soraya Sáenz de Santamaría, ya ha comenzado a denominar al Gobierno como el de "Zapatero y Rubalcaba".


Por su parte, el ex ministro socialista Jordi Sevilla alertó de los riesgos de la nueva estrategia socialista de enfrentamiento frontal con el PP. En un mensaje en Twitter, el ex responsable de Administraciones Públicas se preguntó: "¿Camina el PSOE hacia el batacazo de 2000? Si entonces la estrategia del 'doberman' no dio resultado, ¿la dará ahora?". Los socialistas lanzaron una campaña en las elecciones de 1996, no en la de 2000, en la que equipararon al PP con un fiero perro 'doberman'.