NUEVA ACCIÓN TERRORISTA

La bomba de ETA que estalló en Guecho tenía 60 kilos de explosivo

Una llamada en nombre de la banda terrorista a la asociación de ayuda en carretera DYA anunció la explosión una hora antes. El ataque causó importantes daños materiales en el paseo marítimo de la localidad vizcaína, pero no hay heridos. Es el segundo atentado de ETA en menos de una semana.

ETA ha hecho explotar en el barrio de Las Arenas de Gecho (Vizcaya) una furgoneta-bomba cargada con 60 kilos de explosivo contra la sede del Real Club Marítimo del Abra, que ha causado elevados daños materiales en el edificio de la sociedad deportiva, así como en viviendas y comercios de la zona.


La explosión, que no ha causado heridos, se ha producido a las 00:50 horas, 55 minutos después de que una llamada, en nombre de ETA, alertara a la asociación de ayuda en carretera DYA de Vizcaya de que estallaría una furgoneta-bomba en el paseo marítimo de Gecho.


Tras el aviso, la Ertzaintza ha desalojado y acordonado la zona, lo que ha favorecido que se hayan registrado heridos.


Un trabajador del club marítimo, que vigilaba los barcos atracados en el muelle, ha sido testigo de cómo varios encapuchados abandonaban una furgoneta junto al club, en medio del paseo peatonal de Zugazarte.


En concreto, la furgoneta abandonada era un Citroen Berlingo, el mismo modelo que la utilizada el pasado miércoles en el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Legutiano (Álava), en el que fue asesinado el agente Juan Manuel Piñuel Villalón.


El empleado del club ha avisado al responsable de seguridad del marítimo y éste ha llamado a la Ertzaintza, que les ha comunicado que ya tenía conocimiento de ello por la llamada de ETA a la DYA.


Cuando ambos trabajadores han abandonado el local, la zona ya estaba acordonada. Este hecho ha suscitado esta mañana las críticas de los trabajadores del club hacia la Policía vasca, por no haberlos desalojado.


La explosión, que se ha podido oír a varios kilómetros de distancia, ha causado grandes destrozos en el club marítimo, ya que el artefacto estaba dirigido contra el edificio, de tres pisos. Pese a ello, su estructura no ha quedado afectada.


Los principales daños se han registrado en las zonas orientadas hacia el mar de la planta baja y el tercer piso, mientras que en locales situados hacia la avenida Zugazarte los desperfectos han sido menores gracias a la gran viga central de hormigón, que ha parado la onda expansiva.


El estallido de la bomba ha provocado un corte en el alumbrado público y ha abierto un profundo socavón junto a la sociedad deportiva, que había sido reformada recientemente y donde la bomba ha roto cristales y tabiques.


También los comercios y viviendas de la zona se han visto afectadas por la explosión, especialmente por la rotura de cristales.

 

Suspendido varios meses


Como consecuencia de los daños sufridos en el atentado, el club marítimo deberá suspender sus actividades durante algunos meses. En los próximos días, la dirección se planteará cómo afectará a sus 46 trabajadores esta suspensión.


Con el de este lunes, el Club Marítimo del Abra -según su presidente, Javier Chávarri- ha sufrido tres atentados terroristas en su historia, en uno de los cuales, el 26 de noviembre de 1973, su antiguo edificio de madera ardió por completo al ser incendiado por un comando de ETA.


Las instalaciones de esta sociedad deportiva, además de ser usadas por sus 2.900 socios, también han acogido en los últimos años los almuerzos-coloquio que organiza el Círculo de Empresarios Vascos con destacadas personalidades.


Debido a este motivo, por su sede han pasado personalidades como el Príncipe de Asturias, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy, Rodrigo Rato, José Montilla o Pasqual Maragall, además de la práctica totalidad de los dirigentes políticos vascos, el último de ellos Patxi López la pasada semana.


El atentado de este lunes es el segundo registrado en Gecho desde que ETA rompiera el alto el fuego, después del cometido el pasado 11 de noviembre contra los juzgados.


Además, el barrio de Las Arenas, en el que residen numerosos empresarios, políticos y profesionales liberales, es un objetivo habitual de las bombas de ETA, que desde el año 2000 ha colocado siete en esta zona, aunque una de ellas fue desactivada antes de que estallara.