UNO DE LOS "HOMBRES FUERTES"

Imputado por el asesinato de Giménez Abad, fue puesto en libertad al no hallarse indicios de su participación

David Pla, que fue presunto miembro del comando Zaragoza, actuaba ahora como enlace entre los presos y la dirección de ETA.

David Pla.
Imputado por el asesinato de Giménez Abad, fue puesto en libertad al no hallarse indicios de su participación
J. DIGES/EFE

El Ministerio del Interior considera a David Pla Martín uno de los "hombres fuertes" del aparato político de la banda terrorista. El presunto miembro de ETA, de 34 años y natural de Pamplona, residía en la actualidad en territorio francés y desde allí actuaba de enlace entre el colectivo de presos etarras y la dirección de ETA asentada en el país vecino.

Presunto miembro del comando Zaragoza para el que recopiló información sobre posibles objetivos de la banda terrorista, David Pla fue arrestado en la capital aragonesa en el año 2000 y permaneció en prisión hasta agosto de 2006, cuando fue excarcelado.

Aunque fue imputado por el asesinato del senador del PP Manuel Giménez Abad en mayo de 2001 en Zaragoza, finalmente fue puesto en libertad, pese al criterio de la Fiscalía, ya que la Audiencia Nacional no halló indicios de que facilitara a la banda los datos que permitieron asesinar al senador.

ETA mató a Manuel Giménez Abad, presidente del PP en Aragón, en mayo de 2001. Los etarras David Pla y Aitor Lorente, detenidos en Zaragoza en julio de 2000, formaban parte del comando Zaragoza. La cúpula de la banda en Francia les ordenó instalarse en la capital aragonesa en noviembre de 1999 para crear una infraestructura estable en la ciudad. Todo apuntó desde el primer momento a que en nueve meses de seguimientos que realizó Pla junto a Aitor Lorente, el otro miembro del comando Zaragoza, fueron la base del asesinato.

Un mes después del asesinato, en junio de 2001, Lorente y Pla fueron juzgados en la Audiencia Nacional acusados de un delito de pertenencia a banda armada y otro de falsificación de documentos. Inicialmente, el fiscal pedía 11 años de prisión para cada uno de ellos, pero en un receso llegó a un acuerdo con las abogadas defensoras y dejaron la condena en seis años de cárcel por pertenencia a ETA.

Cinco años después, en junio de 2006, a punto de cumplirse la condena de Lorente y Pla, el fiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo pidió prisión para ambos por facilitar información sobre Giménez Abad mientras el comando Zaragoza estuvo activo. Incluyó también a Ainara Esteran, otra integrante de dicho comando, y planteó que una cuarta persona, Nerea Garaizar, estuvo también involucrada.

Santiago Pedraz, juez titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de la Audiencia Nacional, no halló entonces pruebas claras para vincular al comando Zaragoza con el asesinato de Abad. Alegó que los datos eran "anticuados" y que no había indicios concluyentes.

Lío de jueces

Gordillo aseguró entonces que existían hasta siete indicios diferentes de la participación del comando en el crimen, por lo que recurrió la decisión de Pedraz. El juez se fue de vacaciones y Baltasar Garzón le sustituyó temporalmente.

La insistencia del fiscal Gordillo logró que el caso no quedase archivado de nuevo. Garzón imputó al comando y ordenó la realización de varias diligencias.

A la vuelta de vacaciones, Pedraz dictó un nuevo auto que dejó en libertad provisional a los dos etarras. Pla abandonó la prisión de Monterroso (Lugo) y Lorente hizo lo mismo pasadas en la cárcel de Teixeiro (La Coruña).