ELECCIONES AUTONÓMICAS

Estampida de votos del PSOE al PP

La mayoría de los desencantados con el PSOE se pasaron al bando popular y, en menor medida, a Izquierda Unida. El principio de los vasos comunicantes se observa mejor en las autonómicas.

Mapa electoral
El PSOE se teme una debacle electoral

Las elecciones autonómicas y municipales hicieron añicos el axioma de que los simpatizantes socialistas cuando no votan al PSOE se quedan en la abstención o respaldan a otras fuerzas de izquierda. En esta ocasión, hubo un trasvase mayoritario de los desencantados con el partido gubernamental hacia el PP y en mucha menor medida a Izquierda Unida. En casi todas las comunidades el principio de los vasos comunicantes funcionó a la perfección, y todo lo que perdía el PSOE lo ganaba el PP.


Conocida era la escasa fidelidad de los socialistas hacia su partido, ya que las encuestas constataban que, mientras en torno al 90% de los votantes del PP iban a revalidar su apoyo en los comicios de este domingo, en el caso de los simpatizantes del PSOE apenas entre el 50 y 60% tenían la misma disposición. La sorpresa radicó esta vez en que, en lugar de quedarse en casa, el electorado socialista crítico se decantó por el adversario, por el PP. Un comportamiento que el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, no dudó en calificar de excepcional.


Este cambio de conducta, reconocen en el partido gubernamental, responde a la profunda irritación ciudadana por las elevadas tasas de paro y la gestión de la crisis, que ha motivado recortes salariales y de las pensiones. Pero hay dos factores adicionales: la votación de muchos en clave de elecciones generales para castigar a José Luis Rodríguez Zapatero y el deseo de cambio sin miedo a que la derecha gobierne.


El PP apenas se desgasta


Este principio de los vasos comunicantes se puede apreciar bien en las comunidades autónomas. En Aragón, el PSOE pierde ocho escaños y el PP gana siete; en Asturias, los socialistas pierden seis que viajan al Foro Asturias de Francisco Álvarez Cascos; en Cantabria, los tres diputados que se escapan al PSOE recaen en el PP; en la Comunidad Valenciana, el PSOE se deja cinco escaños, de los que uno va a parar al PP y cuatro se dividen entre IU y Compromís.


En Castilla-La Mancha, los socialistas tienen dos diputados menos que engordan la cosecha del PP; en Castilla y León, el PSOE pierde cuatro y el PP suma cinco, el quinto corresponde a la Unión del Pueblo Leonés; en Canarias, los socialistas sufren la sangría de 12 que se distribuyen entre el PP (seis), Coalición Canaria (dos) y Nueva Canarias, (cuatro); en La Rioja, los tres que se van del PSOE aterrizan en terreno popular; en Extremadura, los socialistas se dejan ocho diputados, de los que cinco recalan en el PP y tres en IU; en Murcia, cuatro escaños socialistas van a parar a los populares.


El partido que lidera Mariano Rajoy apenas sufre desgaste. Solo en Asturias tiene que soportar el mordisco contundente del Foro de Álvarez Cascos, que se lleva diez diputados del PP, y un poco en la Comunidad de Madrid, sobre todo en la capital, en beneficio de UPyD. Las únicas 'islas rojas' en el mar azul del mapa nacional están en Cuenca, Toledo, Orense y Soria; en las tres primeras a costa de los populares, y en la ciudad castellano-leonesa los socialistas roban concejales a IU y a los independientes.


Millón y medio menos de votos


Mientras, en relación con las municipales de hace cuatro años los socialistas han perdido un millón y medio de sufragios. El destino de esos votos fueron de forma mayoritaria las candidaturas populares. El primer análisis de la hemorragia socialista constata que en torno a 1,2 millones de sus electores en 2007 emigraron al PP, poco más de 200.000 a IU y el resto a otras fuerzas como UPyD y los nacionalistas. El fenómeno se atenúa en las ciudades en las que los populares disfrutan de confortables mayoría absolutas, lugares en los que el trasvase lo rentabiliza la izquierda.


En Madrid y Barcelona, la irrupción de UPyD y la ola ganadora de CiU distorsiona la fotografía. En la capital, tanto el PSOE como el PP pierden tres concejales cada uno, de los que cinco van a parar al partido que lidera Rosa Díez y uno a IU. De los dos ediles que pierden los socialistas en el Consistorio barcelonés uno corresponde al PP y otro a la federación nacionalista, que además fagocita dos de los independentistas de Esquerra.


En Valencia, los cuatro concejales que huyen del PSOE se refugian en IU y en los nacionalistas de Compromís.


En Sevilla, el PSOE se deja cuatro concejales, uno la coalición de Cayo Lara y los cinco recaen en el PP; en Zaragoza, los socialistas pierden tres y los populares ganan tres; en Málaga, el PSOE sufre la merma de tres ediles que se reparten entre el PP, dos, e IU, uno; en Las Palmas de Gran Canaria, los socialistas vieron volar seis escaños municipales, de los que cuatro anidaron en el grupo popular y dos en los nacionalistas de Nueva Canarias.


En Alicante, el PSOE se deja seis que se distribuyen entre los tres que gana el PP, los dos que aumenta IU y uno para UPyD; en Valladolid, los socialistas se dejan arrebatar cuatro concejales que se reparten a partes iguales los populares y la coalición de izquierda; y en La Coruña, los tres ediles que huyen del PSOE y los dos del BNG recaen en el PP, cuatro, e IU, uno.