LIBROS

"El 23-F es nuestro asesinato de Kennedy, una neurosis colectiva"

Javier Cercas y Javier Fernández, autores de sendos libros sobre el golpe de Estado, hablan de un suceso clave en la Transición.

Cercas, Lambán y Fernández (de izda. a dcha.), ayer durante su intervención en el acto sobre el 23-F.
"El 23-F es nuestro asesinato de Kennedy, una neurosis colectiva"
VíCTOR LAX

El golpe de Estado del 23-F, con el que España dio -para muchos- el verdadero portazo al franquismo, protagonizó ayer una charla en la que tomaron parte dos de los mejores conocedores del suceso: Javier Cercas, autor de 'Anatomía de un instante', y Javier Fernández, actual delegado del Gobierno en Aragón y que en 2001 escribió 'Diecisiete horas y media. El enigma del 23-F'.

La cita, organizada por la Fundación María Domínguez y que contó con la presencia de personalidades como Santiago Marraco, Carlos Pérez Anadón o Luis Alegre, encumbró al golpe de Estado, a todas las imágenes, los recuerdos y las anécdotas que conllevó, en un elemento esencial en la historia moderna de España. "Este es nuestro asesinato de Kennedy, una neurosis colectiva", trató de dibujar Cercas.

Para Javier Fernández, es interesante no por los hechos aislados, sino por lo que "ha significado". "Respecto al Ejército, por ejemplo: ahora, según la última encuesta del CIS, es la institución más valorada. Tenemos profesionales de una altísima cualificación, y en 1980 no era así", dijo.

Las teorías conspirativas

La mesa redonda también sirvió para dejar algo claro respecto al reguero de teorías conspirativas surgidas desde la asonada: no queda nada sustancial por saber de lo que ocurrió ese día, tan solo cuestiones secundarias. "No hay documentos, por lo que uno puede decir que lo organizó la T.I.A. (la organización ficticia creada por Ibáñez) y sería irrefutable", sentenció Cercas.

Una de las falacias, según el escritor cacereño, fue que el Cesid como organización estuviera detrás de los hechos: "Es una teoría perfecta, pero constituye uno de los mayores disparates que existe", afirmó. Hasta el punto de que se llegó a acusar de estar tras del golpe a "uno de los militares verdaderamente leales", Javier Calderón.

Desde su punto de vista, "uno de los grandes enigmas" que permanecen es saber dónde están las grabaciones de las conversaciones telefónicas mantenidas desde la Carrera de San Jerónimo, que fueron "decisivas" para confirmar que Armada fue el "líder" y que desaparecieron en el juicio.

"Los primeros que empezaron a inventar fueron los propios golpistas -zanjó Cercas- porque les interesaba en el proceso judicial".

En esta línea, para Javier Fernández sí que hay algo que "no se sabe", y es el porqué del papel que jugó el instructor José María García Escudero en las "graves irregularidades" del proceso, cuestión que, en cualquier caso, para Fernández "no es sustantiva". "Cómo no iba a haber problemas -terció Cercas- en el juicio, en 1981, a algunos de los militares más relevantes. Muchos diarios, y no solo de la ultraderecha, incluso dudaban que el proceso llegara a celebrarse".

En relación al juicio, el actual delegado del Gobierno resaltó la "lamentabilísima intervención de gran parte" de los militares juzgados. "Lo mínimo que podrían haber hecho es asumir su responsabilidad", manifestó.