Los Reyes, los Príncipes de Asturias y la infanta doña Elena pidieron ayer en la tradicional misa privada en la capilla del palacio de la Zarzuela por el alma de las víctimas del accidente ferroviario. Don Juan Carlos suspendió la celebración de su onomástica en señal de luto por las víctimas de la tragedia.

Desde la Generalitat de Cataluña, su presidente, José Montilla, remarcó que Cataluña vive "un día de tristeza y de luto", cuando se presentaba como una noche de "fiesta y verbena" por la celebración de San Juan. Apuntó que en el momento del accidente, en la playa de Castelldefels se respiraba "un ambiente de celebración".

El ministro de Fomento, José Blanco, se declaró "profundamente impresionado" por el accidente de tren y anunció que tiene previsto desplazarse a Cataluña cuando concluya el Consejo de Transportes de la UE para "trasladar" su "pesar a las familias de las personas que han fallecido y a su vez también estar cerca de las personas heridas, algunas graves".

"Quiero expresar mi apoyo, mi solidaridad, estar cerca de las familias de las víctimas. Todos los directivos de Renfe, del Adif y del ministerio están ya en Castelldefels para tratar de ayudar a las familias, que es lo que nos preocupa de forma prioritaria en este momento", señaló.

Por su parte, el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, expresó el pesar de todo el PP por el "trágico accidente" y quiso trasladar un "abrazo muy fuerte a todas las familias". "Nuestro sentimiento, nuestro pesar y nuestro deseo a todas las familias de que tengan la fuerza suficiente para poder superar con la mayor rapidez posible un acontecimiento tan terrible y tan tremendo, probablemente el peor que le puede ocurrir a un padre o a una madre", aseguró.

Incluso el papa Benedicto XVI manifestó su pesar por el suceso, a través en este caso de una nota del nuncio Renzo Fratini. Este remitió una carta al obispo de Sant Feliú de Llobregat, Agustín Cortés, en el que señalaba que el Papa hacía llegar "su sentido pésame" a los familiares de las víctimas. También el arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, expresó en un comunicado "su solidaridad y duelo".

Tanto el Sumo Pontífice como Martínez Sistach aseguran que rezarán por los fallecidos y por la recuperación de los heridos y en la misma línea otras autoridades eclesiásticas han manifestado su pesar por el siniestro.

Mientras, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, reunida esta semana en Madrid, también mostró su apoyo a los familiares de los fallecidos. "Los obispos quieren expresar su solidaridad con las familias de las víctimas y elevan a Dios oraciones por el eterno descanso de los difuntos y el consuelo de sus familiares y amigos", leyó el secretario general y portavoz de la CEE en la rueda de prensa posterior a la Permanente.

Desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, trasladó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, su pésame por el "terrible accidente" de tren y aseguró que se trata de una "tragedia" que le suscita una "conmoción especial". "Quisiera transmitirle en mi nombre y en el nombre de toda la Comisión mis condolencias por las muertes y por la tragedia que esto supone para las familias de los fallecidos. Me gustaría con este mensaje enviarle todo mi apoyo y pedirle que transmita de mi parte, y de parte de toda la Comisión, las condolencias a las familias afectadas", señaló Barroso en su mensaje a Zapatero.

Por su parte, el presidente del Parlamento europeo, Jerzy Buzek, lamentó también el "terrible accidente" ferroviario y trasladó su pésame a las familias para las que "una jornada de verbena se ha convertido en un día trágico para muchos jóvenes españoles, sus familias y sus más allegados. Este accidente es si cabe más dramático teniendo en cuenta que las víctimas eran jóvenes y tenían toda una vida por delante", declaró en un comunicado.