Mal augurio para el encuentro entre la comisión gubernamental y los grupos parlamentarios. El Gobierno insistió ayer en que hará el "máximo esfuerzo" para que de las negociaciones que se abren hoy puedan salir medidas conjuntas contra la crisis, pero demoró hasta casi la noche la remisión del documento de trabajo con el que pretende abrir el diálogo. La consecuencia: el malestar del PP y de buena parte de los convocados.

Eran las 20.30 cuando los portavoces de los grupos parlamentarios esperaban aún en sus despachos que el Ejecutivo diera señales de vida. El primero en mostrar su enfado fue el primer partido de la oposición. Expresó en un comunicado su "extrañeza y perplejidad" por la tardanza. "El PP considera indispensable contar con ese documento con un plazo de tiempo suficiente para su estudio y para fijar una posición", protestó.

Pocos minutos después de que los populares dieran a conocer su enfado, el documento empezó a llegar con cuentagotas a los grupos parlamentarios. Pero para entonces algunos, como CiU, ya se quejaban de que la propuesta estuviera en manos de los medios de comunicación antes que en las suya. La sorpresa por las "malas formas" llegó también al PNV. Aun así, nadie faltará a la cita.

En realidad, no hay demasiadas expectativas con la reunión. Y no las había antes de este episodio. En algún caso, como el del PP e incluso el de IU, porque recelan de que tras el paso dado por el presidente del Gobierno en el debate parlamentario de la semana pasada haya poco más que humo. Los nacionalistas catalanes, por su parte, asumen que incluso en el supuesto de que la voluntad de pacto sea cierta, difícilmente puede salir algo de un encuentro a tantas bandas.

Tampoco el Ejecutivo pretende ir más allá, de momento. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, admitió en el Congreso que su primer objetivo es tan solo definir "el temario de negociación". Zapatero planteó el pasado miércoles cuatro grandes bloques de diálogo: la competitividad de la economía y la creación de empleo; la política industrial; la reducción del déficit público y el sistema financiero. Pero tampoco entró en detalle.

Sus propuestas no son ningún misterio. En resumidas cuentas, lo que ha hecho el jefe del Ejecutivo es fraccionar el anteproyecto de ley de economía sostenible, que ya presentó en el Parlamento el pasado mes de diciembre, y volverlo a poner sobre la mesa.

Reformas legislativas

Ese texto ya contemplaba reformas legislativas destinadas a mejorar la competitividad como la reducción de los plazos para la creación de empresas o la obligación de las administraciones de abonar el pago de las obras públicas en los 30 días siguientes a la expedición de certificaciones. También propone una reforma de las estructuras y el funcionamiento de los organismos reguladores y, en coherencia con el objetivo de reducción del déficit, plantea entre otras medidas la creación de un grupo especial de evaluación del gasto para mejorar la eficiencia de ministerios y organismos públicos.

El PP acudirá a esta primera cita con Salgado, el ministro de Industria, Miguel Sebastián y el de Fomento, José Blanco. Fuentes gubernamentales dan por hecho que los interlocutores populares serán la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría y el responsable del área económica, Cristóbal Montoro. Por parte de CiU, acudirán el líder y el lugarteniente del grupo en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida y Josep Sanchez Llibre; por la del PNV, Josu Erkoreka y el portavoz de Economía, Pedro Azpiazu; Joan Ridao, por ERC; Joan Herrera, por ICV, y por parte de IU irá Cayo Lara.