DEFENSA

Carme Chacón se gana a la cúpula militar

La ministra disipa con su viaje a Afganistán las dudas sobre su capacidad para dirigir Defensa. Oficiales molestos por su perfil catalanista están dispuestos a pasar página tras su discurso de toma de posesión.

Carme Chacón ha conseguido en apenas diez días ganarse la confianza de la cúpula militar, que por primera vez se ha sometido a la jefatura de una mujer. Los altos mandos del Ejército están sorprendidos de la capacidad de trabajo de la nueva ministra de Defensa, y su viaje sorpresa a Afganistán ha terminado por disipar las dudas sobre la idoneidad de su nombramiento. Al menos, en la mayoría de los oficiales y jefes.


"Lo aprende todo a marchas forzadas, estamos acabando las reuniones a las nueve y media de la noche y aún se lleva papeles y trabajo a casa", explica un alto mando. Otro general muy cercano a la ministra destaca que "se interesa por todo, especialmente por la parte operativa de las misiones". "El otro día fui a verla para explicarle unas cosas, me dijeron que disponía de una hora y al final estuvimos casi tres y media, porque quiere saberlo todo", desvela.


El alto mando presume de estar "más en sintonía con los tiempos actuales" de lo que algunos querrían, y asegura no entender el rechazo que suscita Chacón en ciertos ámbitos, ni tampoco que quienes la critican, a veces de forma grosera, aludan a un supuesto malestar de los militares para justificarse. En ese sentido, aprecian que "ha habido más resistencias por parte de la sociedad civil que en el propio Ejército", donde trabajan más de 15.000 mujeres cuya presencia se ve desde hace años con normalidad.


Lo que sí molesta a algunos militares es su perfil catalanista, y así lo reconocían la semana pasada unos oficiales de rango menor en el bar de oficiales del Cuartel General del Ejército. Algunos no olvidan su asistencia, en la Diada de 2006, a un acto de las juventudes del PSC a favor del artista Pepe Rubianes, que se hizo famoso por insultar a España en la televisión autonómica catalana.

Mensaje a Cataluña


Aún sí, estas fuentes decían estar dispuestas a pasar página tras escuchar su discurso de toma de posesión, en el que expresó su amor a España, su respeto por la Constitución y el aprecio que siente hacia los militares. Por eso, subrayan que "a la ministra la juzgaremos por su trabajo a partir de ahora, y no por sus circunstancias personales ni por su pasado". Tras oír esa misma alocución, un oficial del servicio de Inteligencia iba mucho más allá y celebraba que al situar a Chacón en Defensa "se envía un mensaje muy importante al país y, sobre todo, a Cataluña".


El secretario general de la principal asociación de militares en activo, AUME, consideró "un acierto" la designación de Chacón por ser una persona joven que "puede afrontar mejor que nadie" futuros retos como la ley de derechos y deberes de los militares, la regulación de su derecho de asociación -ahora no reconocido- y una serie de políticas de carácter social como el apoyo a las familias de los soldados que sirven en el exterior y las ayudas para que las mujeres militares concilien su vida familiar y profesional. "Vamos a dejar que trabaje, y luego valoraremos si lo hace bien o mal, al margen de su sexo o de cualquier circunstancia personal", destacó Mariano Casado.


En el otro extremo está la asociación de militares retirados AME, que rechaza a la ministra por ser "pacifista", "nacionalista" y porque "esta señora tiene mili-fobia, manía patológica a lo militar", explicó su secretario general, José María Paidet. Este grupo tampoco está satisfecho con que el presidente del Gobierno haya nombrado a una embarazada: "No está capacitada por completo, así se perjudica a la Defensa nacional y hacemos el ridículo en el extranjero", destacó su portavoz.

Aportar soluciones


Ajena a estas voces, Chacón se plantó el sábado en Afganistán, acalló con su gesto muchas críticas y disipó las dudas sembradas sobre su capacidad física para dirigir el departamento. En la base de Herat, en pleno corazón del desierto afgano, su llegada fue acogida con gran interés por los soldados, que aseguraron no dar "ninguna importancia" a su feminidad.


En Afganistán, pero también en España y en el resto de escenarios donde operan, los soldados aguardan con expectación las primeras decisiones de la ministra. El sábado pasado, las 25 jóvenes que prestan servicio en Herat aseguraban estar "encantadas con que sea una mujer" porque tendrá "puntos de vista diferentes" y "puede que aporte soluciones a algunos asuntos que nos inquietan, y a los que quizá un hombre no preste atención", explicó, orgullosa, una soldado de la base. Sobre su embarazo admitieron que "puede ser una pega, pero sólo para ella y en lo personal".