Reforma de la Constitución

Borrell no comparte la medida, no entiende el cambio y desea un referéndum

El exdiputado socialista critica la medida del techo de gasto y asegura que la Constitución no debería renunciar a su política fiscal.

El expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell no comparte la propuesta de fijar un tope de déficit en la Constitución y no entiende "qué ha cambiado" para que el Gobierno español plantee una medida que hasta ahora rechazaba y que, de aprobarse, espera que se someta a referéndum.


"Espero que al final el resultado del voto en el Parlamento, si se llega a producir, conduzca a la necesidad de un referéndum, y que los que no tenemos voto en el Parlamento, también podamos votar", ha apostillado en rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).


El que fuera ministro de Obras Públicas, actualmente presidente del Instituto Universitario Europeo de Florencia, ha recalcado que si fuera diputado no votaría la reforma constitucional, porque "no se puede adoptar una medida de esta naturaleza aprisa y corriendo".


Cambio "radical" de postura


De hecho, se pregunta "qué ha pasado desde hace una semana" para que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, hayan pasado de "ridiculizar" al líder de la oposición, Mariano Rajoy, a asumir lo que él planteaba.


Borrell interpreta el cambio "radical" de postura como un "sacrificio ritual", más bien ante las "exigencias" de la canciller alemana, Angela Merkel, que ante los mercados, que no cree que se calmen con esto, porque lo que les preocupa es el crecimiento económico.


Además, ha considerado que la situación española "no es tan grave como para tener que recurrir a esta clase de tranquilizantes para los mercados", y ha afirmado que la tesis de contener el déficit para recuperar la confianza y volver a la senda del crecimiento es "un cuento chino".


Un instrumento económico "útil"


El exdiputado socialista piensa que "autoprohibirse utilizar un instrumento económico que en algún momento puede ser útil, o incluso necesario", es "un sacrificio" de la concepción del rol del Estado.


Según dice, la Constitución es un marco para la acción, con objetivos y principios, pero no debería limitar el uso de los instrumentos para alcanzarlos, y el déficit es un "instrumento de política económica".


Borrell se ha preguntado con qué instrumentos puede responder un Gobierno a las "circunstancias cambiantes" de la economía si ya ha "renunciado" a la política monetaria, y ahora renuncia a su política fiscal.


No obstante, ha matizado que habrá que ver "en qué se concreta exactamente la propuesta" y si supondrá aplicar la denominada "regla de oro", aunque también depende de cómo se interprete esa regla.