CONVENCIÓN EN SEVILLA

Blanco exige «dar la cara» por el PSOE

El número dos de los socialistas sostiene que «nada está perdido» en los comicios del 22 de mayo.

Flanqueado por Manuel Chaves y José Griñán, Blanco saluda a los asistentes a la convención.
Blanco exige «dar la cara» por el PSOE
JUAN FERRERAS/EFE

La moral de los candidatos socialistas a los ayuntamientos no está para dar botes de alegría. El vicesecretario general del PSOE, José Blanco, y el presidente del partido, Manuel Chaves, dieron muestras de ello en la convención municipal que este fin de semana celebra el partido en Sevilla con dos discursos destinados a combatir la desidia: la de los electores y también la propia. Porque, aunque el número dos de la formación insista en que los ciudadanos saben distinguir lo que votan y sostenga que los aspirantes a alcaldes no tienen por qué pagar el malestar que han despertado las reformas del Gobierno, hay miedo. Las encuestas que manejan en el PSOE son poco halagüeñas.


Solo en Andalucía, se corre el riesgo de perder en todas las capitales de provincia. En 2007 únicamente se salvaron Jerez y Algeciras, aunque posteriormente los socialistas consiguieron formar gobierno en Sevilla y Jaén. Y, en el mejor de los casos, según admiten fuentes de la dirección del partido, las cosas se quedarán como están.


El mensaje de Blanco fue claro: hay que eliminar de la mente todo pensamiento perdedor y hay que autoconvencerse de que las medidas impulsadas por Zapatero, gusten o no, son imprescindibles. «No nos hicimos socialistas para luchar contra las encuestas -dijo a los cerca de 2.000 asistentes al evento-. Nos hicimos socialistas para trabajar por las oportunidades de la gente, y por eso hacemos lo que hay que hacer en el Gobierno».


Un mensaje similar esgrimió el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch. «Es una situación difícil, pero no vale la pena quejarse», dijo el primer edil, que apostó por una doble vía para salir: «creer de verdad» que se puede lograr y hacer «un enorme esfuerzo de explicación». Para abandonar la «grave encrucijada», propuso además «releer los valores socialistas a la luz del siglo XXI y actualizarlos».


Dudas entre los candidatos


El número dos defendió que «nada está perdido», ni siquiera -como admiten con pesar destacados dirigentes- Barcelona. El problema es que a muchos les cuesta creer que la remontada es posible después de que se haya subido el IVA, recortado las inversiones públicas, congelado las pensiones o abaratado el despido. Y ese es, para el estratega electoral del PSOE, el peor cáncer, porque quien no cree posible recuperar el afecto ciudadano no lucha por lograrlo.


«En España -defendió con ahínco- hay una mayoría social de progreso y la única garantía del PP para ganar las elecciones es el desestimiento de nuestra gente, que no vayan a las urnas el 22 de mayo porque, si van, ganaremos», remarcó. Los sondeos arrojan, según afirmó, un feliz dato al que agarrarse, y es que, aunque hay importantes fugas, existe muy poco trasvase de votos, es decir, que la mayoría de los desencantados no se han ido con el enemigo y cabe espera que aún se les pueda convencer.


«No hay ninguna razón para arrugarse -insistió-, tenemos que seguir marcando la diferencia en lo que la mayoría social espera de nosotros, porque cuando hay problemas, la ciudadanía mira hacia quien trabaja para resolverlos y esos somos nosotros».


Así, si Chaves dedicó toda su intervención a convencer a los dirigentes locales de que las reformas son defendibles desde una perspectiva de izquierdas porque solo pretenden garantizar la perdurabilidad del Estado de bienestar, Blanco fue más allá y exigió lealtad. «Ante un período de adversidad, dar la cara por el PSOE es un acto de reivindicación política y social -dijo-. Dar la cara por el PSOE significa renunciar al cinismo y volcarse por el civismo».


Fue un 'prietas las filas' que esta vez, y a diferencia de la convención autonómica de Zaragoza, no quedó eclipsado por el debate sobre la sucesión de Zapatero.