Aznar: "El Estado se está deshilachando porque hemos cruzado una línea muy peligrosa"

El ex presidente del Gobierno José María Aznar ha advertido este viernes de que uno de los problemas de España es que el Estado "se está deshilachando" porque "hemos cruzado una línea muy peligrosa" y, aunque ha confirmado que él ordenó contactos con ETA, ha recalcado que no hizo "gales ni faisanes".


En declaraciones a TVE, Aznar ha considerado que la nueva generación de estatutos de autonomía "no ha sido una buena idea" y ha recalcado que en España se ha "dejado de discutir la organización de la pluralidad para discutir lo común".


Sobre el recurso contra el Estatuto de Cataluña, ha dicho que "no puede ser" que aún no haya una sentencia del Tribunal Constitucional que "no hace falta que sea de dos mil folios e interpretativa de la Constitución", sino que "diga claramente" si es o no constitucional.


Ha elogiado que en la política antiterrorista "hagamos lo que tenemos que hacer" y "no volvamos a perder el tiempo" y, tras admitir que cuando estaba al frente del Gobierno "por supuesto" que autorizó contactos con ETA, ha asegurado que lo que no hizo fue "autorizar una negociación política", "organizar una guerra sucia" o "dar chivatazos".


Aznar se ha referido así al "caso Faisán" y ha dicho que es "gravísimo" que un Gobierno "sea simplemente sospechoso o pueda utilizar a mandos policiales para alertar a ETA y evitar una detención" policial.


El ex presidente del Gobierno ha confirmado que se enteró de que ETA quiso atentar contra él en 2001 lanzando un misil contra su avión porque le llamó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y ha agregado que se lo tomó "con tranquilidad razonable" y "la alegría íntima de que la cosa no funcionase".


"Lo importante es poder contarlo, para mí y para mi familia, tengo la suerte de ser un sobreviviente a misiles fallados y coches bomba. Otros no la tuvieron", ha continuado.


Respecto a la crisis económica, ha augurado que a España "le quedan años muy difíciles y muy largos", y ha pronosticado que, "desgraciadamente y de un modo inevitable", se alcanzarán los 5 millones de parados en 2010.


Con ese paro, ha recalcado Aznar, "lo que no puede ser" es "que haya gente que se niegue todavía a hablar" de la necesidad de una reforma laboral y ha recordado que en 1997 se abordó una con "un contrato nuevo, pactado con los sindicatos, estable y con indemnizaciones pactadas" que "dio lugar a que se crearan 5 millones de empleos".


El presidente de honor del PP se ha referido a la situación en su partido -en cuyas decisiones no participa desde 2003- y ha insistido en que Mariano Rajoy "lo está haciendo bien" y los españoles perciben "mayor autoridad, dirección" y "orden" en la presentación de una alternativa de gobierno.


Tras declarar que Rajoy es "el mejor" candidato para las elecciones de 2012, ha dicho que se vio con el presidente del PP "hace 24 horas" porque "de vez en cuando hablamos".


Sobre el caso Gürtel, ha señalado que "no le preocupa de ese tema nada más que la Justicia actúe" y que "ponga en su sitio" a los que "se han aprovechado del PP".


Preguntado por el hecho de que Rajoy ordenara romper toda vinculación con las empresas de la trama cuando llegó a la Presidencia del partido, Aznar ha respondido que "las cosas se saben cuando se saben".


"Fui quince años presidente del PP y lo que hice para combatir algunos episodios que pudieran surgir es bien conocido", ha agregado.


Ha reclamado una "reflexión" sin partidismo sobre la corrupción política pero ha reconocido que "es muy difícil debatir las cosas en España".


"Hay demasiada descalificación, demasiada consigna, demasiada trinchera y muchas dificultades para debatir razonablemente las cosas que el país debe debatir", ha manifestado.


Aznar ha asegurado que no tiene "ni la más remota idea" de si hubo espionaje a dirigentes de su partido porque no está "en el día a día", o de si José Luis Rodríguez Zapatero se volverá a presentar a la reelección en 2012, y ha recordado que él prometió "que estaría ocho años" y lo cumplió.


Ha asegurado que "sin la menor duda" volvería a elegir a Mariano Rajoy como sucesor al frente del PP, aunque ha admitido que los procesos de sucesión "nunca son perfectos" y ha recalcado que él no tiene "el más mínimo interés" en volver a la actividad política, "ni tentaciones ni ambiciones en ese sentido".


"No moveré un dedo por volver", ha remarcado el ex presidente antes de señalar que su tiempo político "ya fue".