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Alonso confía en lograr acuerdos con el nuevo PP

El portavoz socialista intentará desbloquear con los populares la renovación Poder Judicial, que fue imposible en la anterior legislatura.

El PSOE confía en que el tono impreso por Mariano Rajoy a la nueva dirección del grupo parlamentario popular sirva para lograr un entendimiento imposible en la legislatura pasada. El portavoz socialista en el Congreso, y aún ministro de Defensa en funciones, José Antonio Alonso, se mostró convencido de que su relación con su homóloga, Soraya Sáenz de Santamaría, será buena y servirá para sentar las bases del consenso entre los dos partidos mayoritarios en asuntos de Estado.


Una de las primeras misiones encomendadas a Alonso por José Luis Rodríguez Zapatero es el desbloqueo de la negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial, en funciones desde hace ya año y medio. Los socialistas guardan en la recámara una reforma legal que forzaría su relevo, en caso de no llegar a un acuerdo. Fue uno de sus compromisos electorales y, según la dirección del PSOE, el objetivo de Zapatero es gobernar con fidelidad al programa.


En todo caso, y pese a las declaraciones públicas del secretario de Organización, José Blanco -que el lunes se apresuró a interpretar la negativa del PP a ceder un puesto en la Mesa del Congreso como síntoma de su escasa voluntad de acuerdo- tanto el portavoz entrante como el saliente, Diego López Garrido, dan por hecho que el clima de esta legislatura tendrá poco que ver con el ambiente bronco y tenso de los últimos cuatro años. Tampoco la sesión constitutiva de las Cortes tuvo este martes nada que ver con la de 2004.


En las cuatro horas que duró la elección de los miembros de las Mesas, con los diputados subiendo y bajando escaleras y formando corrillos por doquier, hubo escenas impensables hace tan solo unos meses como la de la charla de Mariano Rajoy con Alfredo Pérez Rubalcaba, Manuel Pizarro mediante. Alonso aseguró además que el tono de su primera conversación con Soraya fue "agradable".


El portavoz socialista -que no se incorporará a sus nuevas funciones hasta su vuelta de Bucarest, donde asiste a la cumbre de la OTAN- dio también una pista de la actitud con la que su partido encara las conversaciones con las fuerzas nacionalistas para la investidura de Zapatero y subrayó que el PSOE pretende gobernar "sin condicionantes de ningún tipo".


En la dirección del partido insisten en que la elección de Bono en segunda vuelta da la pauta de su determinación a no adquirir compromisos que lastren la acción de gobierno. Admiten que pagar el precio de que Zapatero sea, con Leopoldo Calvo Sotelo, el único presidente elegido sin mayoría absoluta será duro. Pero insisten en que someterse a los dictados de fuerzas nacionalistas "sale más caro".