TERRORISMO

Rubalcaba: «La actual tregua es la definitiva»

El PP considera que el vicepresidente primero sabe que «el caso Faisán es ya su tumba política».

El vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se dirige al hemiciclo para asistir al pleno del Congreso de los Diputados, ayer.
Rubalcaba: «La actual tregua es la definitiva»
JUANJO MARTíN/EFE

Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior, aseguró ayer ante el pleno del Congreso que cree que la actual tregua de ETA es «la definitiva». Es la primera vez que el máximo responsable de la lucha antiterrorista muestra en público su convencimiento de que el «alto el fuego permanente y de carácter general» que la banda anunció el 10 de enero es el preámbulo que conducirá al abandono definitivo de la violencia.


La afirmación fue recibida con sorpresa, ya que las declaraciones del Ejecutivo se habían caracterizado por la prudencia e incluso habían defendido la tesis de que no existen indicios de que ETA, pese a la tregua, tuviese la intención de abandonar las armas.


El convencimiento de esta etapa final lo expresó el vicepresidente primero como parte del argumento con el que quiso desmentir la principal tesis del PP sobre el chivatazo en el bar Faisán. Los populares sostienen que Rubalcaba ordenó el 4 de mayo de 2006 el soplo de que la Policía iba a emprender una operación contra el aparato de extorsión de la banda como gesto para impulsar el diálogo abierto con la tregua declarada en marzo de aquel año.


El ministro del Interior no solo negó en el Congreso que el Ejecutivo o hiciese una sola concesión en el proceso de paz, sino que dijo que, de hecho, el Gobierno está ganando porque no cometió los mismos errores que el Ejecutivo del PP en el alto el fuego anterior. «No creímos a ETA durante la tregua, porque impedimos que pasara lo que ocurrió en 1998», subrayó. Rubalcaba indicó que la tregua que gestionó el PP fue una trampa en la que ETA se rearmó e introdujo en España cinco comandos que, a partir de 2000, mataron a más de 40 personas. Su «obsesión» en 2006, añadió, fue que eso «no volviera a pasar».


El diputado popular Ignacio Gil Lázaro no dio credibilidad a las palabras de Rubalcaba, que no son más que el reflejo del «miedo» de saber que la Audiencia Nacional lo tiene acorralado. «La evidencia de que el caso Faisán es ya su tumba política», le espetó.