INTERIOR

Abucheos a Rubalcaba en una parada militar

La protesta se hizo notar cuando el ministro defendió que habían mejorado los recursos humanos y tecnológicos del cuerpo.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, pasa revista a las tropas.
Abucheos a Rubalcaba en una parada militar
GUSTAVO CUEVAS/EFE

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue recibido ayer con una notoria pitada por un sector de los espectadores a su llegada a Valdemoro (Madrid), donde se celebró una parada militar y un desfile como broche final a la semana de la Guardia Civil, que coincide cada año con la festividad de su patrona, la Virgen del Pilar.

La cúpula del ministerio lleva meses enfrentada con las principales asociaciones del Cuerpo por fuertes desacuerdos en las condiciones laborales y los derechos de los guardias y oficiales.

La posibilidad de incidentes se dejaba entrever en un reciente comunicado de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la principal organización del Cuerpo, que llamaba a no participar en los "fastos y celebraciones" de este año porque el Gobierno "ningunea" a los agentes y "sigue sin atender las demandas de la masiva manifestación en Madrid del 18 de septiembre, "siguen abiertos los expedientes a nuestros dirigentes y el ministerio trabaja en una clara remilitarización de la institución".

Los pitidos se repitieron, en esta ocasión acompañados de abucheos, cuando Pérez Rubalcaba señalaba en su discurso que el ministerio había mejorado los recursos humanos y tecnológicos del instituto armado, lo que obligó al ministro a interrumpir la alocución durante unos instantes. Rubalcaba estaba acompañado en el acto de toda la cúpula del ministerio y de altos cargos institucionales, como el popular Francisco Granados, responsable de Interior en el ejecutivo madrileño, que pese a su papel de opositor restó importancia a los abucheos y los consideró "anecdóticos".

Tras la parada militar en la que participaron 600 guardias y oficiales, el ministro otorgó en el acto 62 condecoraciones, entre ellas la cruz al mérito con distintivo rojo, característica de actos heroicos, al capitán que dirigió en 2008 la operación que descabezó en Francia la cúpula de ETA y que permitió el encarcelamiento de Garikoitz Azpiazu, 'Txeroki'. La misma distinción le entregó a dos agentes que salvaron a varias personas de un edificio en llamas.