Los agentes asesinados en Barbate sufrieron hasta siete embestidas "por turnos" de las narcolanchas

-El último atestado del caso habla de un ataque "coordinado" con pasadas a gran velocidad junto a la embarcación de los guardias civiles

Lancha en la que navegaban los guardias civiles tras se embestidos por los narcos en Barbate
Lancha en la que navegaban los guardias civiles tras se embestidos por los narcos en Barbate
R. C.

La grabación dura algo más de 12 minutos. Uno de los agentes se colocó en la frente una cámara GoPro (de pequeño tamaño) para captar la maniobra desde que botaron la embarcación oficial, una neumática de 5,2 metros. Pero la acción, el ataque mortal que sufrieron seis guardias civiles en el puerto de Barbate, se concentra en un clip de vídeo de 2 minutos y 41 segundos. Es el tiempo que transcurrió entre la primera embestida y la última.

Hace apenas 10 días, los investigadores del doble asesinato -se ha creado un equipo conjunto entre Policía Judicial de Cádiz y la Unidad Central Operativa (UCO)- entregaron a la jueza un informe ampliatorio que describe el estado de las pesquisas y reconstruye con mayor precisión lo sucedido en el puerto de Barbate la noche del 9 de febrero.

El documento aporta algunas novedades relevantes. La principal es que, según el último atestado del caso, aunque fue una embarcación concreta la que causó la muerte de los dos agentes, lo que ocurrió aquella noche fue en realidad un acto "coordinado" en que las narcolanchas embistieron "por turnos" y hasta en siete ocasiones la zodiac en la que iban los seis guardias civiles.

Imágenes de una operación de la Guardia Civil contra el narcotráfico este viernes en Barbate (Cádiz) en la que han muerto dos guardias civiles arrollados por una narcolancha. (Fuente: AUGC)
Europa Press

La cámara de una víctima

Para llegar a esta afirmación, los investigadores se han apoyado en todo el material videográfico que han podido recabar: la cámara GoPro de una de las víctimas, que consideran una prueba clave porque demuestra que los agentes iban perfectamente uniformados y que su embarcación llevaba un dispositivo luminoso encendido y visible; las imágenes grabadas por el marinero de una draga atracada en la bocana; la videovigilancia del propio recinto portuario; y los archivos compartidos por usuarios de redes sociales.

Pero hay otros testimonios que se acaban de incorporar a la causa y que ayudan a entender lo que sucedió en el puerto. Se trata de varios guardias civiles del puesto de Barbate que estuvieron presentes en el lugar desde primera hora de la tarde al recibir el aviso -a las 18.30 exactamente- de que seis narcolanchas se habían resguardado del temporal en la bocana, tres amarradas a la boya verde y las otras tres, a la roja.

El movimiento comenzó entre las 19.40 y las 19.50 horas. En esos 10 minutos, los agentes comenzaron los preparativos para echar al agua la neumática del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). Dos de las narcolanchas se acercaron al punto de botadura y, al ver las maniobras, volvieron a las boyas presumiblemente a informar al resto de que la Guardia Civil venía de camino. Las gomas utilizadas por los traficantes empezaron a navegar por la bocana y, según las patrullas de tierra, que vieron la escena desde un espigón junto al varadero, empezaron a acercarse unas a otras, "interactuando sus ocupantes".

La embarcación del GEAS estaba en el agua entre las 20.15 y las 20.20 horas. Cuando se dirigió a la bocana, donde estaban las narcolanchas, estas iniciaron "de manera organizada maniobras de aproximación violenta" y pasadas a gran velocidad en torno a la embarcación oficial, "tratando de hundirla" y poniendo en claro peligro las vidas de los integrantes del dispositivo, según los agentes que presenciaron los hechos.

Dos antenas

Los investigadores tienen el objetivo de probar cuál de esas seis narcolanchas -y sobre todo, sus tripulantes- efectuaron el ataque mortal. Los tres agentes en tierra la describen como la de mayor tamaño, de color oscuro y con cuatro motores. Observaron que uno de sus ocupantes llevaba un chaquetón "rojo o naranja". Pero dos de esos guardias aportaron un dato fundamental: la que llevaba dos antenas en la popa.

Esa pista resultó clave porque es "poco habitual" el uso de dos antenas, una de GPS y otra WIFI, en este tipo de narcolanchas, que normalmente utilizan solo la primera para facilitar la navegación. Al día siguiente, tras las detenciones de seis sospechosos, la Guardia Civil intervino en la playa de La Hacienda, en La Línea de la Concepción, una embarcación abandonada con cuatro motores y que, además, tenía dos antenas, daños en el casco y restos de pintura compatibles con la embestida.

Los testigos relatan que al principio la narcolancha se alejó de la embarcación oficial para, justo después, "aumentar su velocidad" dibujando una "trayectoria recta" sin realizar maniobra alguna destinada a evitar la colisión, "a tenor de la estela de espuma dejada por sus cuatro motores". A continuación, escucharon los disparos al aire de sus compañeros y la embestida mortal.

El atestado subraya que las narcolanchas implicadas se "alternaron en las acometidas" que llevaron a cabo sobre la embarcación oficial, "esperando fondeadas o navegando a baja velocidad" en una zona alejada, "podríamos decir -añaden los investigadores- hasta que les llegara su turno para embestir de nuevo, asegurándose de este modo además, al mantener esta especie de orden de acción, que no iban a provocarse daños colisionando entre ellas".

Para los agentes que llevan el caso, el acoso a los guardias civiles fue "una acción planificada o al menos concretada de manera simultánea a la ejecución de la acción", con un resultado "previsible y asumido por cada uno de los ocupantes de la narcolancha" que los arrolló y que causó la muerte a dos de ellos.

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