El resultado del 18-F envalentona a PP y Junts en su presión contra el Gobierno

Feijóo se relame ante Sánchez por el "40 a 9" conseguido en Galicia, mientras Nogueras le recuerda que tiene que ganarse los Presupuestos.

El presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene durante la sesión plenaria en el Congreso
El presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene durante la sesión plenaria en el Congreso
E. P.

La principal lectura que PP y Junts extraen del resultado de las elecciones gallegas es la de un PSOE y un Sumar debilitados sobre los que pueden redoblar la presión para conseguir sus objetivos. No lo ocultaron en la sesión de control al Gobierno celebrada ayer en el Congreso, en la que los populares volvieron a desplegar a sus primeros espadas contra Pedro Sánchez y los ministerios críticos en este momento de la legislatura, los que encabezan la vicepresidenta María Jesús Montero (Hacienda), Félix Bolaños (Justicia) y Fernando Grande-Marlaska (Interior).

Era la primera vez desde los comicios gallegos que se producía un cara a cara parlamentario entre el presidente del Ejecutivo y Alberto Núñez Feijóo, que se relamió en su escaño por el momento de euforia que vive su partido, presumiendo incluso del "40 a 9" diputados que obtuvieron PP y PSOE, respectivamente, en la cita electoral. Ambos dirigentes se acusaron mutuamente de mentir, nada nuevo por otra parte, pero el líder de los populares cree haber revertido, gracias a Galicia, una tendencia pesimista marcada por los resultados de la noche del 23-J y su fracaso en la investidura, singularmente ante las cuitas de los suyos. "Usted dijo que las autonómicas eran un plebiscito de mi partido sobre mi persona. Pues aquí me tiene, de pie", se regocijó mirando fijamente a Sánchez.

Feijóo no sacó esta vez a colación en ningún momento de su intervención la ley de amnistía, con la que tropezó en el ecuador de la campaña gallega y que ayer no le hacía falta como ariete contra el presidente. Con los papeles invertidos, fue el dirigente socialista, en cambio, el que paseó la medida de gracia por el hemiciclo al felicitar a su rival por la victoria del candidato del PP, Alfonso Rueda, y "por volver al sentido común cuando reconoció que el camino para Cataluña es la reconciliación y no la confrontación". "Usted hubiera aprobado una amnistía, un indulto y lo que hiciera falta", prosiguió a modo de estocada.

Rifirrafe por Cataluña

Tras ese intercambio, y mientras un vuelo le esperaba en la base aérea de Torrejón de Ardoz para trasladarle a Rabat, donde iba a entrevistarse con Mohamed VI, Sánchez fue interpelado por la otra formación que le está poniendo las cosas difíciles en la legislatura, Junts. Su portavoz, Miriam Nogueras, le recordó que los suyos exigirán un papel principal para Cataluña en las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado para 2024, y que marcarán el siguiente hito del camino de espinas que recorre el Gobierno. "Las personas que viven o trabajan en Cataluña nunca cobran lo que les corresponde porque los Presupuestos destinados se ejecutan en un porcentaje insuficiente", se quejó la diputada soberanista.

Sánchez le replicó que su partido "siempre" cumple con dicha comunidad, a la que ha transferido "nuevas competencias". Un rifirrafe que se produce con las conversaciones entre PSOE y Junts para negociar la amnistía aparentemente encalladas y cuando el plazo para que el trámite venza en el Congreso se ha prorrogado esta semana hasta el 7 de marzo.

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