Condenado a 30 años de prisión por asesinar a su pareja e intentar huir a Punta Cana

Se le acusa de los delitos de maltrato habitual, asesinato, robo y estafa y se le ordena indemnizar con 440.000 euros a los familiares

Fachada del Palacio de Justicia de Catalunya, sede del TSJC y de la Audiencia de Barcelona.
Fachada del Palacio de Justicia de Catalunya, sede del TSJC y de la Audiencia de Barcelona.
EP

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 30 años y 9 meses de prisión al hombre que en 2020 asesinó en Sant Joan Despí (Barcelona) a su pareja, a la que llevaba tiempo maltratando, tras lo que intentó huir a Punta Cana con el dinero que le robó.

En su sentencia, la magistrada Gemma Garcés condena al procesado, Andrés Ángel S.M., por los delitos de maltrato habitual, asesinato, robo y estafa y le ordena indemnizar con 440.000 euros a los familiares de la víctima, a la que mató estrangulándola con una cuerda, la mañana del 27 de enero de 2020.

Según cree probado la Audiencia, de acuerdo con el veredicto del tribunal popular, el procesado se fue a vivir en verano de 2019 con la víctima y su hija menor a su domicilio de Sant Joan Despí (Barcelona), donde instauró "un clima de dominación e imposición", con continuos gritos, desprecios y vejaciones a su pareja.

El maltrato a que sometía a la víctima, añade la sentencia, fue a más hasta el punto de derivar en agresiones físicas -"forcejeos, agarrones y empujones"-, incluso en presencia de su hija, menor de edad.

La mañana del 27 de enero de 2020, el acusado estranguló a su pareja con una bolsa de plástico y una cuerda con la que le rodeó el cuello, al tiempo que la golpeaba por todo el cuerpo, sin que la víctima tuviera ninguna oportunidad de defenderse, por lo que la sentencia le aplica la agravante de alevosía.

Otra de las atenuantes que aplica la magistrada al procesado es la de ensañamiento, dado que el tribunal popular consideró probado que Andrés Ángel S. "ocasionó voluntaria y conscientemente un gran sufrimiento a la víctima", alargando su agonía por la bolsa de plástico que le colocó en la cabeza.

Tras el crimen, añade la sentencia, el acusado se apoderó del teléfono móvil, joyas, documentación y tarjetas bancarias de la víctima, con las que retiró 18.000 euros de sus cuentas corrientes y de la empresa que administraba.

Posteriormente, se subió en el coche de la fallecida y, utilizando sus tarjetas bancarias, trató de sacar dinero en efectivo y de comprar un billete de avión con destino a Punta Cana (República Dominicana) en el aeropuerto de El Prat de Llobregat (Barcelona). 

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