Prisión permanente para el parricida de Sueca por su extrema crueldad al matar al pequeño Jordi

El tribunal subraya que José Antonio A. buscaba con la muerte de su hijo "causar a su exesposa el mayor dolor de todos los imaginables"

GRAFCVA7731. VALENCIA, 16/01/2024.- El tribunal del jurado ha declarado por unanimidad culpable de asesinato a José Antonio A.C., de 47 años, que asestó 27 cuchilladas a su hijo de 11 años en abril de 2022 con la intención de causar el mayor dolor posible a su exesposa y madre del niño, de la que se acababa de divorciar. En la imagen junto a su abogado (d). EFE/Manuel Bruque
El tribunal del jurado declaró por unanimidad culpable de asesinato a José Antonio A.C., de 47 años, que asestó 27 cuchilladas a su hijo de 11 años en abril de 2022 con la intención de causar el mayor dolor posible a su exesposa y madre del niño, de la que se acababa de divorciar. En la imagen junto a su abogado (d). 
EFE/Manuel Bruque

La Audiencia Provincial de Valencia ha dictado sentencia contra el parricida de Sueca. José Antonio A., quien mató a su hijo Jordi de tan solo once años para vengarse de su exmujer, cumplirá una pena de prisión permanente revisable. El tribunal ha considerado la petición del Ministerio Fiscal y de la acusación particular y ha desestimado la solicitud de absolución o de homicidio que proponía la defensa alegando que el condenado había padecido una enajenación mental.

El tribunal del jurado de este caso fue rotundo cuando emitió su veredicto: José Antonio A. mató a su hijo para infringirle el mayor daño posible a María Dolores, su exmujer, que había decidido divorciarse de él después de haber sufrido malos tratos durante toda su relación. Ahora, la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia plasma que la finalidad "última del crimen no fue otra que causar a su exesposa el mayor dolor de todos los imaginables, convirtiendo la muerte de su hijo en un paradigmático acto de violencia machista vicaria".

Los magistrados han subrayado la manera cruel en la que el asesino acabó con la vida del pequeño Jordi. Le asestó 68 cuchilladas, 27 de ellas penetrantes. Tenía una intención finalista. No iba a permitir que el menor se salvara de su agresión. Lo tenía todo calculado. Era el 3 de abril de 2022. Jordi había cumplido los 11 años tan sólo dos días antes. El parricida engañó a todos. Los convenció de que quería celebrar el cumpleaños de su hijo. Todo mentira.

Cuando Jordi llegó a la casa de su padre no había tarta, ni velas, ni globos. El asesino no tenía otra intención que cometer uno de los crímenes más atroces y crueles de los últimos tiempos. Antes de comenzar a apuñalarle, José Antonio A. se encargó de infundirle terror a su hijo. Le anunció su final. "Jordi, voy a por ti", le amenazó armado por dos cuchillos de cocina.

Quería que agonizase

Al pequeño sólo le dio tiempo a enviarle un mensaje de WhastApp a su madre rogándole que le recogiera. Pero el parricida fue más rápido. Mientras María Dolores llamaba insistentemente al móvil de su hijo, presa del pánico al notar que había algo que no iba bien, José Antonio le dejó responder al teléfono. Quería que su exmujer oyera a su hijo agonizar mientras le asestaba una puñalada tras otra. "¡Mamá!", fue la última palabra que pronunció la víctima en un grito de auxilio.

Los forenses fueron determinantes en este caso. Los peritos afirmaron sin lugar a dudas: "Jordi sufrió mucho". El niño trató de defenderse. Tenía heridas en las manos para tratar de repeler el ataque. Pero no pudo hacer nada. La Audiencia Provincial ha estimado en la sentencia condenatoria que Jordi "murió luchando con denuedo por su vida con sus débiles e insuficientes fuerzas, sufriendo un 'innecesario dolor' tanto físico como psíquico, derivado del vínculo afectivo y de dependencia que le unía con su padre".

El vil asesino se aprovechó de la situación de total indefensión del menor. El niño de 11 años no tenía manera alguna de librarse de las garras de su padre, que era mucho más voluminoso que él y además iba armado. "Había una grave desproporción entre padre e hijo, no sólo por edad, si no también por corpulencia", estipula la sentencia.

Durante todas las sesiones del juicio, el rostro del enjuiciado permaneció impasible. La letrada de la acusación particular, Reyes Albero, retrató en una declaración que hizo a los medios al asesino: "En esta sala hemos llorado todos, menos el padre de Jordi", expresó la abogada. Hubo miembros del Tribunal del Jurado que se negaron a ver las fotografías del cadáver del niño por su extrema violencia. Una imagen descorazonadora. Una prueba viva de la crueldad humana.

Ni privación por alcohol ni enajenación

La defensa intentó agarrarse a un clavo ardiendo. Primero alegó que José Antonio era alcohólico para tratar de justificar los actos espeluznantes que cometió. Pero los peritos lo tuvieron claro y así se plasma en la sentencia: "No presentaba ningún síntoma de privación por alcohol". También, que había sufrido una enajenación mental transitoria. Falso. Los forenses aseguraron que el asesino sabía perfectamente lo que hacía cuando acabó con la vida de Jordi. Todo motivado por el odio que sentía hacia su exmujer y su deseo de dominación sobre ella.

El enjuiciado quiso entregar su vivienda como responsabilidad civil para que se le aplicara la atenuante de reparación del daño. Pero la sala no la ha contemplado. La casa que le quería entregar a María Dolores y que su prima Marta Tur rechazó por ella debido a la extrema crueldad del ofrecimiento era la vivienda en la que había asesinado a Jordi.

Otra de las bazas con las que jugaba la defensa era que al encausado se le aplicara la atenuante de confesión tardía. Negativo. En ningún momento se necesitó que José Antonio confesara haber matado a su hijo para esclarecer la investigación policial. Desde el primer momento fue el único y principal sospechoso. La Guardia Civil lo detuvo momentos después de cometer el crimen. El cadáver estaba en su casa. También las armas homicidas. Él estaba lleno de sangre de su hijo. No había forma de que se librara de la autoría del parricidio.

Por el delito de asesinato con la agravante de parentesco y al tratarse de un niño menor de 16 años la Audiencia Provincial ha condenado a José Antonio A . a una pena de prisión permanente revisable. Además, le han condenado a 6 años de prisión por el delito de maltrato habitual a María Dolores, el quebrantamiento de la orden de alejamiento que tenía contra ella, el delito de amenazas y el delito de lesiones psíquicas. También deberá indemnizar a María Dolores en 500.000 euros.

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