Pleno en el Senado: diputados apretados, más de 10 horas de sesión y votaciones de infarto

La petición del PP para votar por llamamiento amenaza con alargar hasta la madrugada una inusual sesión del Congreso en el Senado.

Imagen de archivo del pleno del Senado.
Imagen de archivo del pleno del Senado.
Jesús Hellín/EP

El pleno de los tres reales decretos leyes marcará este miércoles la tónica de una legislatura endiablada por su aritmética parlamentaria y lo hará en un lugar nada habitual: el Senado. Cerrado el hemiciclo del Palacio de las Cortes -sede habitual de los trabajos del Congreso- por obras de mantenimiento, la Cámara alta acogerá a los 350 diputados para la sesión en la que se debatirán, por este orden, el decreto ómnibus que incluye propuestas relacionadas con la recepción de los fondos europeos -como la digitalización de la justicia-, el impulsado por el Ministerio de Trabajo sobre conciliación que incorpora la reforma del subsidio de desempleo y la prórroga de las medidas anticrisis. Además, se valorarán las enmiendas a la totalidad a ley de amnistía presentadas por Vox y PP y los objetivos de estabilidad presupuestaria.

La jornada, maratoniana, comenzará a las nueve de la mañana con hora de finalización que aún no está determinada (mínimo lo hará diez horas más tarde). El problema radica en que el Senado tiene capacidad para 265 parlamentarios y este miércoles tocará dar cabida a 85 más que no tendrán acceso al sistema de votación digital con el que sí cuentan en sus escaños del Congreso (un ordenador con pulsadores por asiento). Para solventar este problema y evitar la imagen de diputados «apretados», la presidenta Francina Armengol había propuesto recuperar una vieja solución puesta en marcha durante la pandemia, cuando se rebajó al mínimo el aforo del hemiciclo para limitar los contagios por covid-19 y se permitió votar también de forma telemática.

Pero esta propuesta se ha topado con el rechazo del Partido Popular, que amenaza con solicitar que todos los puntos incluidos en el orden del día se voten por llamamiento -nombrando uno a uno a cada diputado- lo que podría llevar a que la sesión se alargara hasta ocho horas más de las que se inviertan en los debates. De momento, ya lo han solicitado en los casos de las votaciones a las enmiendas a la totalidad que han presentado ellos mismos y también Vox a la ley de amnistía con el objetivo, aseguran, «de que todos los diputados se retraten».

Pueden hacerlo, ya que para que esta petición salga adelante es necesario el apoyo de un quinto de los diputados de la Cámara o de dos grupos parlamentarios. Sin embargo, en la presidencia del Congreso no ven esta solución con buenos ojos. «Va contra la conciliación y contra la seguridad jurídica de la votación, porque es un sitio extraordinario. Se ha conseguido meter asientos para todos, pero ha sido muy difícil. Los secretarios tendrían que contar a cada diputado uno a uno», explican colaboradores cercanos a la presidenta de la Cámara.

Tras escuchar la explicación sobre la falta de puestos para hacer votaciones electrónicas, el PP ha planteado que se vote según lo previsto en el artículo 84 del Reglamento del Congreso. Es decir, poniéndose en pie quienes aprueben la iniciativa, después quienes la desaprueben y finalmente quienes se abstengan. Sin embargo, finalmente se hará por llamamiento, según explican desde la Presidencia.

Un incendio y la ley Wert

No es la primera vez que el Senado acoge el pleno del Congreso. Ha habido dos precedentes y con el mismo problema de espacio y de medios para desarrollar las votaciones con normalidad. La primera de ellas ocurrió en julio de 2005, un mes tradicionalmente inhábil para la actividad parlamentaria. Pero las consecuencias de un incendio en Riba de Saelices (Guadalajara), en el que ardieron casi 13.000 hectáreas y que costó la vida a once bomberos forestales, obligó a la convocatoria de un pleno extraordinario para aprobar un real decreto ley con medidas urgentes; y en ese momento el hemiciclo del Palacio de las Cortes también estaba siendo reformado.

Se votó por asentimiento, es decir, en pie, y los secretarios tuvieron que contar fila a fila los 288 votos a favor y 17 abstenciones en las que derivó el debate. El segundo tuvo lugar en julio de 2013, con el Congreso también en obras. De ese modo, el Senado acogió el debate de totalidad de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa, más conocida como 'ley Wert'.

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