Las fuerzas de seguridad intensifican los golpes al yihadismo por la guerra de Gaza

El conflicto en Palestina actúa como "elemento dinamizador" del terrorismo y en solo dos meses han reventado diez operaciones con 21 detenidos, 13 ya presos.

Un yihadista mata a un turista alemán en París.
Un yihadista mató a un turista alemán en París.
Reuters

Eran operaciones abiertas desde hace varios meses, un año o incluso dos. Investigaciones judicializadas sobre sospechosos de llevar a cabo actividades yihadistas. Diligencias monitorizadas por las unidades de Información de Policía y Guardia Civil. Unas actuaciones reforzadas con datos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), de Europol, de los servicios antiterroristas de Marruecos y Bélgica o del FBI estadounidense.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado llevan trabajando dos meses a pleno rendimiento para reventar estas operaciones. Y el común denominador de estos golpes ha sido uno: la guerra de Gaza. La campaña del Ejército israelí en la franja tras el brutal ataque terrorista cometido por el brazo armado de Hamás el pasado 7 de octubre, que dejó unos 1.200 asesinados en suelo hebreo.

"Son operaciones que estaban abiertas y los jueces por si acaso, para curarse en salud, están apremiando para dar carpetazo y prevenir cualquier riesgo", explica a este periódico un jefe de equipo de la unidad antiyihadista de la Policía. El motivo de esta intensificación operativa es el conflicto en Oriente Próximo, "un elemento dinamizador" para los investigados y, en general, para individuos radicalizados en el terrorismo yihadista en todo el mundo.

"Esta guerra les sirve de estímulo para combatir al infiel en cualquier lugar, más si cabe cuando sus gobiernos apoyan a Israel", argumenta este mando policial con una década de servicio en antiterrorismo. El agente rememora paralelismos como las semanas posteriores al atentado en la sede de la revista satírica Charlie Hebdo en París, que dejó 12 asesinados en 2015 en represalia por la publicación de unas polémicas viñetas del profeta Mahoma.

Los datos facilitados por la Policía, la Guardia Civil y la Fiscalía de la Audiencia Nacional, competente para investigar los delitos de terrorismo, son elocuentes: en estos dos meses desde que comenzó la guerra en Gaza -que ya deja más de 17.000 muertos, dos tercios civiles-, se han llevado a cabo en España diez operaciones antiyihadistas con 21 detenidos. De ellos, 13 fueron enviados a prisión preventiva por los juzgados centrales de la Audiencia. Los ocho acusados restantes quedaron en libertad provisional.

Se trata de una actuación antiterrorista cada seis días, que se han desarrollado en la Comunidad de Madrid (ocho arrestados), Andalucía (cinco), Cataluña (dos), Extremadura (dos) y un detenido en la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares y Melilla.

Reincidentes, imanes y jóvenes

La primera operación tuvo lugar el 18 de octubre. Fueron detenidas cuatro jóvenes por proselitismo y captación yihadista en redes sociales. Las diligencias estaban abiertas desde principios de 2022. El líder del grupo, al que llamaban El Califa, y una pareja residente en Madrid fueron encarcelados. Se constató que en los últimos meses habían aumentado "exponencialmente" su radicalización, grabando vídeos en los que alentaban "derramar sangre para recuperar Al Andalus".

Cinco días después cayeron dos viejos conocidos que ya habían cumplido condena. Una de ellos, el melillense Mustafá Maya, había sido excarcelado de forma reciente tras cumplir ocho años de prisión por el reclutamiento de 28 jóvenes de diferentes países.

Esta operación coincidió con la decisión del Ministerio del Interior de reforzar la alerta antiterrorista por el conflicto de Gaza y tras dos atentados mortales en Francia y Bélgica. Precisamente, el 26 de octubre fue arrestado en un pueblo de Málaga un belga de origen marroquí, Kamal Afoullah, de 51 años, por su vinculación con el terrorista tunecino que asesinó a dos aficionados de Suecia en Bruselas diez días antes.

En noviembre se desataron cinco operaciones -una de ellas contra una red de financiación y otra con dos menores implicados- y dos más los días 5 y 7 de diciembre. En la última cayó un imán de 44 años en el barrio madrileño de Villaverde Alto que adoctrinaba a jóvenes estudiantes de árabe. Aunque fue expulsado de la mezquita por la comunidad musulmana, seguía con su actividad legitimando a los terroristas suicidas.

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