medio ambiente

Las ciudades ante el cambio climático: refugios en verano y esponjas de agua en invierno

Estos son algunos retos para los próximos años del urbanismo sostenible.

Alberto Veiga, arquitecto.
Alberto Veiga, arquitecto.
Raquel Manzanares/EFE

Permitir que las ciudades sean refugios climáticos en verano y espacios para poder filtrar y recoger el agua, como esponjas, en invierno, junto al necesario impulso del transporte público, son cuestiones que la sociedad tiene que afrontar para poder coexistir con el cambio climático.

Es uno de los retos del urbanismo sostenible, según ha explicado en una entrevista con EFE el arquitecto gallego afincado en Barcelona, Alberto Veiga, tras intervenir en Logroño en unas jornadas internacionales sobre patrimonio y urbanismo.

"Desde un punto de vista contemporáneo, la sociedades vamos a tener que afrontar la vida en las ciudades de una manera totalmente distinta", ha reflexionado Veiga, quien, junto a su socio Fabrizzio Barozzi, han representado a España en distintos premios internacionales de arquitectura y urbanismo.

Políticas urbanísticas

"Al final, queramos o no, tendremos que adaptar nuestras ciudades, de una forma relativamente rápida, para poder coexistir con el clima que vamos a afrontar en los próximos años", ha afirmado Veiga desde la perspectiva global de las políticas internacionales urbanísticas en este ámbito.

Por ello, "como sociedad, tendremos que tomar decisiones difíciles, decidir que, quizá, no es tan cómodo ir de un punto a otro de la manera más rápida posible, sino que habrá que potenciar el transporte público", lo que cada vez, ha reconocido, se hace más visible en las políticas públicas.

Las ciudades, la mejor manera de vivir

"Habrá que permitir que nuestras ciudades sean casi como refugios climáticos durante los veranos y que, durante los inviernos, seamos mucho más conscientes de que la ciudad es un instrumento para recoger agua", señala.

Y pese a que "todo esto (el calentamiento global) suene a algo lejano -ha proseguido-, verano tras verano e invierno tras invierno, lo vamos a sentir como el aliento detrás de nuestra nunca".

La crisis climática "nos va obligar a todos a dar grandes pasos que, seguramente, no pensamos ahora mismo, como no pensábamos hace tres años que el clima iba a cambiar tan rápidamente", ha enfatizado.

Las sociedades, ha proseguido, "van a obligar a que las ciudades se transformen y se transformarán, como lo han hecho hasta ahora a lo largo de los siglos", ya que "siguen siendo el mejor invento que hemos encontrado como sociedad para vivir todos juntos".

Ha expresado su convicción de que "las ciudades siguen siendo la mejor manera de vivir y hay que transformarlas para que sigan siendo los mejores instrumentos para ello", en lo que los profesionales de la arquitectura y el urbanismo, ha indicado, son conscientes también.

Reducir el tráfico y reducir el espacio que los vehículos o el transporte privado consumen en las ciudades es "también una necesidad" para coexistir con el cambio climático, ha enfatizado.

"Necesitamos las calles y los espacios públicos para convivir, para protegernos del calor, para poder filtrar agua en invierno y recogerla", pero también para poder convertir estos espacios en "espacios para los peatones, para la gente, para vivir en sociedad", ha subrayado.

También habrá que "generar redes de transporte que nos permitan seguir manteniendo un modelo de vida parecido al que hemos tenido hasta ahora, seguramente no tan individual", un modelo que "no debe estar pensado tanto en que nuestro coche nos lleva de un punto a otro en cualquier momento del día porque como ciudades, como sociedad, no nos lo podremos permitir", ha concluido.

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