El portavoz de Sumar Ernest Urtasun, nuevo ministro de Cultura

Urtasun es un diplomático antitaurino forjado en la Eurocámara y será el quinto ministro de Cultura de Sánchez en 5 años.

El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun.
El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun.
E. P.

El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, será el nuevo ministro de Cultura, en representación de En Comú Podem, tras desplegar el grueso de su carrera política en el Parlamento europeo y ser una de los cuadros fundamentales de la coalición liderada por Yolanda Díaz.

Con su elección, los 'comunes' dispondrán de nuevo de una cartera en el Ejecutivo pero con una figura con mayor peso político, dado que en el pasado fueron perfiles más académicos como los exministros Manuel Castells y Joan Subirats.

Además, ya como eurodiputado el nuevo ministro se mostró muy crítico con la tauromaquia, como en una entrevista en 2016 en 'eldiario.es', en la que aseguró que los toros no podían considerarse nunca cultura.

Nacido en Barcelona en 1982, Urtasun es licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona y también diplomático de carrera desde 2010, ejerciendo por ejemplo como consejero del secretario general de la Unión para el Mediterráneo antes de pedir una excedencia para centrarse en su carrera política.

Sus primeros años en ICV hasta recalar en el PE

El nuevo ministro comenzó su faceta política de forma precoz, influido por la militancia de sus padres en el antiguo PSUC, cuando con 16 años se afilió a las juventudes de ICV, formación que combina los postulados progresistas y un fuerte impulso ecologista.

Acorde con esa tradición, Urtasun fue portavoz de los Jóvenes Verdes Europeos y miembro del Bureau del Foro Europeo de la Juventud, representando de esa organización en la Cumbre del Clima de Copenhague en 2009.

Su andadura política ligada a ICV prosiguió al concurrir en sus listas a las elecciones municipales de Barcelona en 2003 y 2007, así como en la candidatura de 2004 a los comicios europeos que encabezó el exdirigente de esta formación Raül Romeva, que luego se enroló en ERC y fue uno de los dirigentes condenados y luego indultado por el 'procés'.

Urtasun comenzó a vincularse con la política comunitaria al ser asesor de Romeva en su etapa como eurodiputado (2004-2008) y fue clave para que IVC formalizara su ingreso en el Partido Verde Europeo.

Tras centrarse en su carrera diplomática, Urtasun regresó a la arena política en los comicios europeos de 2014 como número tres de la lista de la Izquierda Plural, coalición liderada por IU y que compitió también con un incipiente Podemos abanderado por su exlíder Pablo Iglesias.

En esa cita electoral Urtasun consiguió escaño en la eurocámara y comenzó a ser uno de los cargos relevantes de los 'comunes', que de la mano de Ada Colau fraguó una alianza con Podemos y el resto de la izquierda que consiguió el Ayuntamiento de Barcelona. Y de la mano de Unidas Podemos volvió a repetir su escaño en Bruselas, optando desde el inicio adscribirse al grupo Los Verdes/Ale, donde fue designado vicepresidente.

Ya en 2019, con el primer gobierno de coalición, su nombre sonó en las quinielas para ser ministro pero siguió su carrera en Bruselas, aunque con el nuevo liderazgo de Díaz en el espacio a la izquierda del PSOE y el impulso se su nuevo proyecto para reconfigurar la izquierda alternativa al PSOE, su figura fue ganando ascendencia en el núcleo duro de Díaz.

A favor de la amnistía y referente 'verde'

Los comunes, plenamente alineados con la estrategia de Díaz y con varios de sus miembros en el equipo más próximo a Díaz (como su jefe de gabinete Josep Vendrell), Urtasun fue ganando presencia en la construcción de Sumar, donde aportaba además su amplio conocimiento de relaciones internacionales y el funcionamiento de Bruselas, uno de los ejes protagonista en el proyecto de Díaz que aboga por reforzar el europeísmo.

Ese ascenso se plasmó durante la campaña electoral al ser designado el portavoz de Sumar, función que ha ido ejerciendo para ser el rostro que fija la posición de Sumar sobre la actualidad política.

Por ejemplo y junto a su compañero en la confluencia catalana Jaume Asens, el nuevo ministro ha sido una voz destacada a la hora de defender la futura Ley de Amnistía, convencido de que la medida ahondará en la solución del conflicto catalán.

También durante la contienda electoral se volcó en algunas de las principales propuestas en materia de lucha contra el cambio climático, como la reducción de los vuelos domésticos que tengan una alternativa en tres inferior a tres horas. Es más, con la labor de Urtasun, Díaz y Sumar han estrechado lazos con los verdes a nivel europeo.

Retos

El acuerdo de coalición entre PSOE y Sumar se compromete a mantener el bono cultural en la legislatura tras dos ediciones en marcha y en reforzar la libertad de expresión en el sector cultural.

También contempla la tramitación de la nueva Ley de Apoyo al mecenazgo "para que estas actividades constituyan un apoyo real a los sectores de la cultura, el patrimonio y la innovación social", además de retomar el impulso a la reforma de la Ley del cine. También figura avances en la agenda legislativa del Estatuto del Artista y el desarrollo de un Plan de Infraestructura Digitales Públicas.

Urtasun deberá afrontar varios retos pendientes en la anterior, como la Ley del Cine o de Mecenazgo, y otras recientemente anunciadas como la Ley de Derechos Culturales, de la que sólo se sabe que buscará "garantizar el acceso de todas las personas y todos los territorios a la cultura".

En el campo audiovisual, queda pendiente una esperada Ley del Cine por el sector, especialmente tras la aprobación de la Ley Audiovisual en la pasada legislatura que suscitó las críticas de los productores independientes, al entender que se le daba más poder a las productoras de las cadenas.

Otro frente abierto es la ya tradicional apuesta por una Ley de Mecenazgo (que nunca acaba de culminarse). El Parlamento comenzó a tramitar en la pasada legislatura una proposición de Ley que no llegó a ver la luz por la disolución de las Cortes.

El texto incorporaba la prestación de servicios como nuevo mecanismo de colaboración con las ONG, permite una contraprestación de un máximo de 25.000 euros, e incrementa los porcentajes de deducción, modificando la norma que estaba en vigor desde hace 21 años.

Recogía, además, una enmienda socialista, a la que se opuso Podemos, para equiparar fiscalmente a las confesiones de notorio arraigo en España con las que tienen acuerdos con el Gobierno, por lo que quedarían también exentas del pago del IBI en los edificios destinados al culto y del impuesto de Sociedades.

La norma también estimulaba el micromecenazgo y se incrementaban los porcentajes de deducción. En lo que se refiere a las personas físicas, se elevaba en 100 euros, pasando de 150 a 250 euros, la base sobre la que se podía deducir el 80% de la donación en el IRPF. En el caso de las personas jurídicas, las deducciones en el Impuesto de Sociedades pasan del 35 al 40%.

El teatro real, sin su "particular" ley

También quedó pendiente la Ley que regula y "equipara" a la Fundación del Teatro Real con otras "grandes instituciones" españolas, como el Museo del Prado, el Museo Reina Sofía o la Biblioteca Nacional de España (BNE), para mejorar la gestión del coliseo madrileño.

Más allá de estos 'parones' legislativos, siguen en el aire algunas promesas pendientes en legislaturas pasadas, como el de la reforma del Inaem.

Igualmente, falta la incorporación de más personal a los museos -tras el cierre de algunas salas como consecuencia de la falta de vigilantes, Iceta destinó 10 millones de euros más en las partidas de personal para la contratación de 600 nuevos funcionarios-. No obstante, en el último año se han producido reaperturas de espacios que estaban cerrados, el último en septiembre con la reapertura de toda la segunda planta del Arqueológico y la réplica de la Cueva de Altamira-.

Estas son las nuevas ministras y ministros:

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