La que come fruta y disfruta
El paisaje después de la batalla deja cadáveres (ahí yacen Belarra y Montero) y muchos heridos. Algunos tienen mal pronóstico. Paradójicamente, Alberto Núñez Feijóo ganó las elecciones pero perdió la partida. Y no solo la de la presidencia, me temo que también la de su partido. Tiene al enemigo en casa.
Isabel Díaz Ayuso come fruta y disfruta de los efectos en su organismo. La presidenta de Madrid es la indiscutible nueva lideresa del PP. Ha recogido el testigo de su maestra Esperanza Aguirre y lo ha mejorado con creces gracias a las discutibles habilidades de Miguel Ángel Rodríguez.
La presidenta de la Comunidad de Madrid llamó «hijo de puta» al que era presidente en funciones y candidato Pedro Sánchez, y nadie en su partido se atrevió a afearle el gesto. Y el gesto es feo e inadmisible. Pero ella es poderosa.
Lo cierto es que Díaz Ayuso gana puntos cada vez que abre la boca aunque lo que diga sea un dislate. Y de Feijóo, a pesar de mantener las formas y de haber hecho un buen discurso en el debate de investidura, solo permanece que confunde a Machado con Ismael Serrano.
Sánchez no juega limpio. Y Ayuso, tampoco. Entre ellos se entienden. Feijóo a su lado se diluye. Cuando los focos dejen de apuntar a Ferraz, Vox deje de vociferar y los ánimos se calmen, será inevitable que el PP se mire las heridas y piense en el futuro. Y el futuro popular tendrá esta vez nombre de mujer. Quizá ella sea la única que puede acabar con Vox.