terrorismo

España: 800 investigaciones simultáneas en plena alerta antiyihadista

Seguridad Nacional pone el foco en los autoadoctrinados, en los retornados y en los presos radicalizados por encima de las células terroristas en la actual crisis en Oriente Medio.

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska.
El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska.
Mariscal

La guerra entre Hamás e Israel ha aumentado evidentemente el riesgo de atentados en España, como en el resto de Europa, pero el tipo de amenaza -explican los informes oficiales más recientes- sigue siendo las misma que antes de que comenzara la actual crisis en Oriente Próximo: los extremistas autoadoctrinados convertidos en 'lobos solitarios', los yihadistas retornados de zonas de conflicto y los radicalizados en las cárceles.

El pasado viernes por la tarde, el mando del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco) que Fernando Grande-Marlaska llevó a la reunión con los grupos parlamentarios para explicar la actual coyuntura no se anduvo con paños calientes ante la envergadura del problema: las Fuerzas de Seguridad en la actualidad trabajan de forma simultánea en más de 800 investigaciones diferentes sobre yihadismo, aunque ninguna fuera de los común a pesar de la escalada bélica.

Los análisis de Seguridad Nacional y de los servicios antiterroristas coinciden en que la guerra incrementa el riesgo de ataques, no solo contra intereses judíos en España o embajadas de terceros países, sino, de forma general, a la población. Y es por ello que Interior ha dado órdenes para reforzar, siempre dentro del nivel 4 de alerta, la protección de las legaciones y, entre otros, los grandes eventos religiosos de cualquier confesión.

Pero estos mismos documentos inciden en que no hay indicios de que la guerra en Palestina vaya a provocar un cambio en la estrategia del yihadismo en España. Nada de grandes células. El temor sigue siendo atentados de 'oporturnidad': machetes o vehículos a motor.

La situación, explican altos responsables de la seguridad del Estado, sigue siendo la misma que cuando el pasado marzo el informe anual del Departamento de Seguridad Nacional, la oficina que asesora a Presidencia del Gobierno en las materias más sensibles para el país, afirmara que "pese a que Daesh y Al Qaeda siguen con el objetivo de realizar o de inspirar atentados (...) su capacidad para llevarlos a cabo, fuera de sus lugares de implantación, ha decrecido bastante en los últimos tiempos, por lo que resulta más difícil que se puedan cometer en España actos terroristas de compleja ejecución".

Partiendo de esta premisa, según los informes policiales, la mayor amenaza yihadista, también durante la actual alerta son los denominados "homegrown terrorist fighters" (terroristas domésticos). Se trata principalmente de activistas autoadoctrinados a través de internet o guiados de manera difusa por un imán como los cuatro yihadistas detenidos esta semana en Barcelona, Madrid y Granada que ya habían hecho promesa de "derramar sangre para recuperar Al Andalus".

Otras preocupaciones

La segunda preocupación actual de Seguridad Nacional son los denominados 'foreign terrorist figthers' (FTF, los terroristas desplazados a conflictos). Uno de los últimos informes del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), el grupo de expertos que asesora a Presidencia del Gobierno en las materias más sensibles para el país, desvela que se está monitorizando los movimientos de un total de 263 FTF, de los cuales 98, según las últimas información, están desplazados en la actualidad en zonas de conflicto.

"Son cifras relativamente bajas, aunque relevantes, en comparación con otros estados miembros de la Unión Europea, como Francia con 1.900, Alemania con 1.070 o Bélgica con 536", destacan los dosieres de Seguridad Nacional, que no obstante subrayan que "la amenaza de los combatientes terroristas extranjeros y en especial la de los retornados sigue siendo uno de los mayores retos y peligros para la comisión de atentados terroristas en España". "Su presencia y actividad en zonas de conflicto les ha proporcionado conocimiento operativo y experiencia en el manejo de armamento, contactos y conocimiento de rutas y agentes facilitadores además de un posible liderazgo que los convierte en ejes vertebradores de la concienciación radical y posterior ejecución de actos de terrorismo", destacan los asesores de seguridad de Pedro Sánchez en uno de sus informes.

El tercer vértice de inquietud de Interior en esta crisis -y así lo remarcó en hasta tres ocasiones el Ministerio del Interior el viernes en la reunión con los grupos parlamentarios- son las cárceles. El control de las fuerzas de seguridad en este campo se ha vuelto "extremo", no solo ante la constatación del fracaso de los planes de 'desradicalización' de terroristas encarcelados, sino tras comprobar que la captación en el medio penitenciario de reclusos comunes continúa sin frenarse.

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