Ignacio Cosidó rompe a llorar al leer las cartas de jóvenes que piden que no se olvide el terrorismo de ETA

"Quiero entender lo que en España ha provocado a personas como mi abuela negarse a decir en voz alta la profesión de su marido (guardia civil)".

El portavoz del PP en el Senado, Ignació Cosidó.
El exdirector general de la Policía Nacional y portavoz del PP en el Senado, Ignació Cosidó.
Efe

El exdirector general de la Policía Nacional y exportavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, ha roto a llorar este viernes al leer las cartas de jóvenes estudiantes que han reivindicado que no se olvide en la memoria colectiva el terrorismo de ETA en el día del 12 aniversario del cese definitivo de su actividad armada.

En la clausura del seminario 'Lecciones de la derrota de ETA', que ha tenido lugar en la Cámara Alta, Cosidó ha leído las cartas que han dejado algunos de los alumnos de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) que han acudido al acto y en las que han relatado su experiencia y recuerdos con la banda terrorista.

El ahora director del Centro para el Bien Común Global ha reunido los escritos como modo para desmentir que los jóvenes "no tienen ninguna sensibilidad" y que "ETA es cosa del pasado". Además, ha hecho uso de las cartas para instar a los jóvenes a que "completen" la victoria sobre la banda terrorista y acaben con su "proyecto político", haciendo de este modo honor a la generación que consiguió el cese de su actividad armada.

"Nací en 2004. Cuando ETA cesó su actividad yo tenía sólo siete años. No soy consciente de haber vivido sus atentados. No he sentido el miedo que producía la organización. No me he criado en el País Vasco", reza la primera de las cartas, que comparte, no obstante, "la necesidad" de tomar parte y entender el peligro que supone "el uso político del miedo y el dolor".

Otra de las correspondencias dice así: "Hace menos de un año aprendí que mi abuelo fue guardia civil. No supe la profesión de mi abuelo hasta ahora porque mi abuela ha prohibido a todos contárnoslo. Quiero entender lo que en España ha provocado a personas como mi abuela negarse a decir en voz alta la profesión de su marido".

Una estudiante, "nacida y criada en un pueblo de Guipúzcoa", agradece la celebración de la jornada por el 12 aniversario del anuncio de ETA de que dejaba de asesinar "tras haber vivido de forma directa las duras consecuencias del terrorismo". "Es una forma de reconectar con una realidad que parece haberse olvidado de una forma premeditada", zanja.

"Una niña que acaba de llegar de Venezuela escucha una y otra vez hablar de un grupo terrorista, pero nadie habla abiertamente sobre el tema. Por eso creo que esta es una oportunidad única que me va a permitir informarme de forma clara y sin miedo", esgrime otra chica en una misiva.

Cosidó ha seguido leyendo cartas de alumnos de la UFV, algunas con mensajes políticos: "Dada la situación de blanqueamiento del partido EH Bildu, corremos el riesgo de que los jóvenes olvidemos lo que significó. El pueblo que no recuerda su historia está condenada a repetirla".

"Deseo honrar la memoria de las víctimas de ETA y aprender sobre su historia, sobre su lucha y sobre su valentía" 

"Deseo honrar la memoria de las víctimas de ETA y aprender sobre su historia, sobre su lucha y sobre su valentía", ha continuado leyendo el exdirigente 'popular', haciendo un guiño a Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terorrismo, que estaba presente en el seminario.

Otra de las cartas incide en la necesidad de que los jóvenes no olviden el sufrimiento de las víctimas de ETA y que las consecuencias del terrorismo se mantengan en la memoria colectiva, "que parece estar enferma de Alzheimer". "Los universitarios tenemos la obligación de recordar lo que ocurrió", finaliza.

"ETA asesinó a más de 850 ciudadanos de toda clase, origen y condición. Trató de imponer el reinado del terror. Pese a que hubo horas oscuras, ETA no consiguió su objetivo. La memoria de las víctimas puede ser una gran herramienta para construir una sociedad libre de terrorismo, miedo o violencia", explica otro alumno.

Los actos de terrorismo, según un joven estudiante, "han dejado una huella imborrable" en la sociedad. Y, aunque han causado "un dolor profundo", también ha fortalecido la "determinación en la lucha por la paz y la unidad".

Por último, una alumna se pregunta, como cristiana, "¿cómo puede la familia de las víctimas seguir creyendo en Dios?" y "¿Dónde está Dios cuando el hombre se equivoca tan profundamente?".

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